Texto: Sergio Iglesias.

Amaia Santana (Santurtzi, 1986), conocida periodista musical y colaboradora habitual en publicaciones como Zarata/Mondo Sonoro, RockinBilbo u Orpheo, presenta su primer trabajo literario, “Haikus imposibles” (Caligrama Ed. 2018).

Rabia, resignación (“En realidad/es muy sencillo/tan solo tengo que/claudicar/ante el fracaso/más palmario/ y volver a empezar”) y mucha bilis escupida en textos libres de toda estructura. Anarquía pura en un poemario en el que Amaia Santana repasa sus filias y sus fobias sin dejarse absolutamente nada dentro.

Hablando de filias, la música es uno de los impulsos vitales de la autora de Barakaldo, y así pululan por las páginas de “Haikus imposibles” sus admiradas Ana Curra, Violeta Parra o Sister Rosetta Tharpe, el gran Iggy Pop, cuyo espíritu inunda todo el libro,  Nick Cave y Johnny Thunders, el eterno perdedor que tanto y tanto dejó al mundo de la música.

Pero como no sólo de música vive el hombre, Amaia también homenajea a Albert Camus, Miguel Hernández o al Sartre de “La Nausea” que parece haber influido a la autora barakaldesa en poemas en los que describe de una manera cruda el día a día de una sociedad que cae en picado.

En ocasiones parece como si el espíritu de Leopoldo María Panero (otro de los homenajeados) o de Chomsky hubieran revivido en un mundo “2.0” en el que todo es extraño, prisa, caos y productos prefabricados, supeditados a una tecnología que nos devora (“No hay índices bursátiles/el último selfie se inmoló sobre/el nido de Instagram”)

La periodista y escritora tampoco se esconde a la hora de poner el dedo en la llaga en asuntos políticos y dejando claro que siempre está justificado levantar la voz y señalar a los culpables de esta situación (“Una bolsa sospechosa/un paso en falso/Turismo de riesgo/vidas low cost/A qué gobierno le convalidan estas muertes inocentes/NO EXISTE EL VOTO EN BLANCO/TODAS LAS PAPELETAS ESTÁN MANCHADAS DE SANGRE”).

En “Haikus imposibles” todo es real, no hay ni trampa ni cartón, lo que ves es lo que hay… aunque a veces no queramos verlo. Literatura punk para abrirnos los ojos y para hablar de cosas necesarias, tan necesarios como los textos de esta joven escritora que, sin duda, dará mucho que hablar.

De momento, gracias por estos Haikus imposibles y por devolvernos a la realidad.