Texto: Mikel Fernández (SurimirWorld)
Vuelta a la carga de los manchegos Angelus Apatrida con el que supone ya su sexto álbum de estudio (¡¡qué rápido pasa el tiempo!!). Hoy por hoy son una de las bandas españolas con mayor proyección internacional, lo que se ha visto reflejado en la apuesta que la potente discográfica Century Media hizo por ellos.
Desde entonces han seguido siempre una línea ascendente, mejorando y puliendo su música, un thrash metal que mezcla el sonido clásico del género con influencias más actuales. De hecho, en este álbum una de las grandes novedades radica en la voz. En este Cabaret de la Guillotine han introducido un tono de voz limpio y melódico, además de reducir revoluciones en algún tema.
No obstante, el sonido del disco mantiene esa contundencia que caracteriza al metal más o menos extremo en los últimos tiempos. Sin embargo, hay riffs y partes de guitarra sin distorsión que remiten inequívocamente al thrash metal de los 80. Hay repartidos por todo el disco pequeños homenajes a Testament, Anthrax o Toxik, por citar algunas de las bandas que me vienen a la cabeza en momentos puntuales.
A nivel compositivo se mantienen en un nivel muy alto. Hay que reconocer que el dar un toque más melódico a su música les ha sentado muy bien, como por ejemplo en Martyrs of Chicago, tema que cierra el disco: estribillo pegadizo sin perder un ápice de potencia. Otra muestra sería el tema que abre el álbum, Sharpen the Guillotine, que no concede un respiro y, sin embargo, el juego de voces lo enriquece en gran manera, alternando entre la voz chillona y la voz limpia, que protagoniza los estribillos.
Otros temas que merecen la pena son Downfall of the Nation, que tiene un genial riff muy pegadizo; la rápida One of Us; The Die is Cast,igualmente rápido, con la diferencia de su estribillo, una parte melódica y pegadiza en la que la voz limpia da otra dimensión al tema; o Witching Hour, más pesado y menos frenético que los anteriores, y en el que la voz melódica no se ciñe al estribillo. Otro de los destacados del disco, con un marcado aire ochentero.
La novedad la pone Farewell, lo que viene siendo una balada thrash metal, en la onda de Fade to Black o The Ballad de los Testament. Un punteo, un riff melódico e intenso y nada de voces agresivas hasta la parte final del tema, dónde vuelven a la caña pura y dura.
Estos nuevos elementos le han sentado muy bien a la música de Angelus Apatrida, que con este Cabaret de la Guillotine se han sacado de la manga uno de los grandes lanzamientos del año, sin duda. Thrash metal de muchísima calidad.