Joël Dicker: «La desaparición de Stephanie Mailer» (Alfaguara)

Texto: Mikel Fernández.

Recién salido del horno tenemos la última novela de uno de los jóvenes escritores más exitosos del panorama internacional. Con apenas 33 años, el suizo Joël Dicker cuenta ya con dos obras de reconocido éxito, La verdad sobre el caso Harry Quebert(2012) y El libro de los Baltimore (2015). Ahora, en 2018 y haciendo gala de una puntualidad suiza, nos llega la tercera novela del Sr. Dicker, La desaparición de Stephanie Mailer.

Ambientada de nuevo en la costa este estadounidense, Joël Dicker vuelve a armar un thriller policiaco sobre un caso supuestamente resuelto y que, varios años después, vuelve para dinamitar la existencia de los protagonistas de la novela y enfrentarlos a sus propios secretos.

En este caso, 20 años después de un cuádruple asesinato en la pacífica localidad de Orphea, una periodista se aproxima a los detectives que resolvieron el caso asegurando que se equivocaron de culpable. Tras esto, al de pocos días desaparece misteriosamente sin dejar rastro y los dos detectives retoman la investigación.

A partir de aquí el libro va narrando la investigación actual, la investigación pasada, así como retazos biográficos de los distintos protagonistas de la novela. Los saltos en el tiempo se van sucediendo hasta que todo ello encaja en el climax final.

La novela tiene todos los ingredientes básicos de la escritura de Joël Dicker. Los ya mencionados saltos en el tiempo, así como una investigación criminal en la que se van sucediendo los giros y sorpresas argumentales. La historia está muy bien construida, aunque esta vez sufre de un final un poco atolondrado, como si no hubiera encontrado una mejor forma de rematarlo; los saltos temporales, que jugaban un gran papel en las dos anteriores novelas, en esta llegan a desconcertar un poco, por la inclusión en la mitad de fragmentos correspondientes a los distintos personajes. Sirven para construir la identidad de los mismos, pero en ocasiones suponen un desvío de la historia principal.

No obstante, la novela me ha gustado. Te atrapa y te engancha. Como decía, la historia está muy bien montada, de manera que lo que a priori parece una soberana tontería poco a poco va dejando salir numerosos trapos sucios y vueltas de guión. Sin la violencia y crueldad de la novela negra nórdica, me ha parecido un buen libro, con una buena historia, de las que se disfrutan de principio a fin.

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