Robe, y qué gran noche en el Arena Miribilla

Texto: Joseba Aizpurua.

Robe es un tío con una gran putada,  su pasado.  No diré yo nada malo de «Extremoduro». Jamás.  Pero le persigue,  y creo sinceramente que no lo merece. Su huida hacia delante a nivel musical será posiblemente arriesgada. No apta para muchas personas que quizás esperen las canciones que para bien o mal,  marcaron una época ya lejana. Época en que lo dimos todo y se convirtieron en un icono en panorama nacional. Pero ya han pasado casi 30 años.  Es normal avanzar. Ya no somos los mismos.

Pero a mi dicha propuesta, me parece lógica. Uno tiene el derecho a evolucionar, buscando el lenguaje y la forma de expresión donde uno más a gusto esté.

El pasado sábado vi en un escenario 6 grandes músicos, y con ellos, la sutileza y cierto virtuosismo se dieron la mano. Me da igual si el concierto lo das sentado,  que más me da, he venido a oír tu música.

Su propuesta arrancó en el Arena Miribilla,  con un violinista en el escenario y el más agudo quejido flamenco que uno ha oído en su vida, parafraseando a los «gomaespuma», los pelos del pubis como escarpias.

Manejan los tiempos a la genialidad, con músicos que se rotan los instrumentos, donde el bajista pasa a ser el saxofonista, el pianista acordeonista y el de los coros bajista.  Todo envuelto en un halo y con la tranquilidad que transmite Robe sobre su escenario. Clarinetes y violines se unen para dejar a parte de su público con la boca abierta.

Ritmos lentos, muchas veces con sólo su guitarra y acordes de dos cuerdas, voces del flamenco,  y sus estribillos cortos y repetitivos,  que dejan paso a sus trabajadas letras. Letras íntimas y crueles, Robe en esencia. Acompañado de una música que va subiendo su intensidad según avanza la canción para luego pararte de nuevo y donde los silencios cobran más importancia que la música en si misma.

Temas como ‘Querré lo prohibido’, ‘Donde se rompen las olas’ o ‘La canción más triste’ son lógicos exponentes  de su nuevo camino. De «Extremo» poco se oyó, aparte de ‘Si te vas…’ canción anticipo de los nuevos tiempos,  nada más. Quizás el tema ‘Puta humanidad’  enganche un mundo con otro.

Concierto con descanso incluido, que viene muy bien para acercarte a la barra y comentar la jugada con tu acompañante para poder afirmar lo que uno después va a escribir.

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