Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).
Segundo disco de esta banda barcelonesa de post-metal (como se definen ellos), que ya cuenta con otro lanzamiento a sus espaldas, su debut de 2016 titulado Chrysalis. Nunca he estado muy seguro de lo que significa esta etiqueta, pero en el caso de Degraey post-metal es una especie de mezcla entre doom metal, Meshuggah (djent para los modernos) y rock/metal progresivo.
Lo que a priori podría parecer un batiburrillo caótico, en manos de Degraey se convierte en una música bastante sólida. Del progresivo toma la originalidad, del doom metal el protagonismo de la atmósfera en la música y de Meshuggah la fuerza de las guitarras. Todo ello coronado con una voz a ratos melódica, a ratos agresiva que ayuda en el aspecto atmosférico.
Grabado en Madrid en Estudio Uno y producido por Pablo Pulido y los propios Degraey, a nivel técnico el álbum no tiene un solo pero. La producción permite disfrutar de los pasajes más suaves y que en las partes más potentes las guitarras formen una pared de sonido sin que ninguna de estas vertientes se resienta. Pese a no haber solos ni fuegos artificiales el trabajo instrumental es muy bueno, destacando para mí el trabajo del batería César Perals.
No obstante, si bien la propuesta musical de Degraey es más que interesante y está muy bien ejecutada, la escucha del disco deja una pequeña sensación de repetición. El guión en todos los temas es el mismo (inicio suave, entra la distorsión, crece la intensidad. fin de la canción), lo que da la sensación de repetición, casi como si estuviéramos escuchando el mismo tema en bucle. Además los temas son muy largos (todos por encima de los ocho minutos) Y es una pena, porque hay muy buenas ideas, destacando Nurture y Sprawling Nest como temas más inspirados en esa alternancia entre punteos atmosféricos y partes cañeras.
No está mal el disco, merece la pena la escucha, pero tampoco termina de convencerme. La repetición de esquemas hace que al final sea bastante “predecible” lo que va a ocurrir. Es una pena, porque la banda sabe lo que hace, pero falta un punto de “sorprender al oyente”. Yo hubiera metido algún tema más corto y directo, por ejemplo a mitad del disco, para variar la dinámica.