Devendra Banhart regresa a España el próximo mes de noviembre para presentar su próximo disco «Flying Wig«. Se trata del undécimo álbum de estudio del artista, que ha sido producido por la cantante Cate Le Bon. En él, Devendra nos muestra una faceta más oscura y frágil que la que conocíamos hasta ahora. El 10 de noviembre estará en Madrid, el 11 en Valencia, y el 12 en Barcelona.
Las entradas para los conciertos estarán disponibles el próximo viernes 16 de junio a las 10h. a través de SeeTickets para las ciudades de Madrid y Barcelona.
Flying Wig, de Devendra Banhart, es un paisaje de dualidades recurrentes; una lata de paradojas, una caja de gusanos. Lo que sube, al final tiene que bajar. Destrozado por la vida y la pérdida, Banhart se encontró abatido, replegado sobre sí mismo, con dificultades para hablar y mucho menos para cantar.
«Se trata de transmutar la desesperación en gratitud, las heridas en perdón, el dolor en alabanza” rumia Banhart en su undécimo álbum de estudio. Planeando por el aire, aparece simbólica y, a veces, literalmente el susurro de dos palabras boyantes- “y sin embargo…” (inspiradas en ‘Un mundo de rocío’ del poeta japonés del siglo XIX Kobayashi Isaa) – que colorean los contornos melancólicos y los sustituyen por un optimismo bondadoso. “El ‘y, sin embargo, y sin embargo”, explica Banhart, “es nuestra capacidad de afrontar la desesperación con esperanza, de seguir fracasando y amando. Toda mi vida ha estado llena de tristeza. Todo lo que hago en la vida es para ayudar a sobrellevar esa tristeza”.
Dando la espalda a las sirenas ululantes de Los Ángeles, metió en una bolsa los huesos que se convertirían en las canciones de Flying Wig y se marchó al solitario bosque de un cañón de Topanga. El álbum es la materialización de una preciosa amistad con la aclamada artista solista, multiinstrumentista, compañera de sello en Mexican Summer y productora de Flying Wig, Cate Le Bon. La unión de ambos es profetizada por los títulos especulares de sus primeros álbumes en solitario (Oh Me Oh My, de Banhart, en 2002, y Me Oh My, de Le Bon, en 2009) y una ternura basada en cortes de pelo rudimentarios (“por fin nos conocimos, poco después de que ella me cortara el pelo con un tenedor y se acabó”) y tatuajes caseros, pero nunca antes trasladada al estudio de grabación. “Ella es la única persona con la que quería hacer este disco”, admite Banhart. “Nos propusimos hacer un disco sónicamente distinto a todo lo que he hecho antes – con una nueva compañera creativa al timón. Definitivamente queríamos un sonido nuevo, electrónico pero orgánico y cálido… queríamos sacar y enfatizar el aspecto emocional de un sintetizador».