Devin Townsend: «Empath» (Inside Out)

Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).

Nueva entrega, esta vez en solitario, del polifacético Devin Townsend. Capaz de crear música de lo más salvaje con Strapping Young Lad, progresiva con The Devin Townsend Project, además de otros proyectos más ambientales con The Devin Townsend Band, este Empath es una nueva vuelta de tuerca en su sonido. Si algo le caracteriza es no querer mirar atrás, buena prueba de ello es su completa y absoluta negativa a resucitar Strapping Young Lad, a pesar de ser uno de los deseos más fervientes de sus fans.

De hecho, este Empath es un reflejo de toda la carrera de Devin Townsend. Hay partes brutales, melódicas, progresivas, poperas… Todo ello mezclado incluso dentro del mismo tema, como si quisiera reflejar el maremagum de sentimientos y emociones que puede sentir una persona. Y es que este nuevo Devin Townsend, mucho más espiritual por lo que se le puede leer últimamente, parece volcar sus propias emociones en la música.

De esta manera tenemos un disco muy personal, tanto por las letras como por la música. Producido, mezclado y masterizado por el propio Devin Townsend en distintos estudios, llevando a cabo la mayor parte del trabajo en su Vancouver natal, el listado de músicos que han colaborado quita el hipo: guitarristas como Steve Vai, baterías como Anup Sastry (Monuments, Jeff Loomis), Samus Paulicelli (el gran 66Samus en YouTube y batería de Decrepit Birth), vocalistas como Elliot Desgagnés (Beneath the Massacre), la increíble Anneke van Giersbergen o Chad Kroeger (sí, el de Nickelback), además de un coro que aparece durante el álbum.

De todo el álbum merece la pena destacar Genesis (tema discotequero en el inicio, con un riff metalero muy bueno culminado en un blast-beat), la atmosférica Spirits will Collide (que me suena haberla oído en otro lado), Evermore (melódica, enrevesada, rara, pero bonita), la rapidísima Hear Me, que alterna partes guitarreras dignas de Strapping Young Las con otras muy atmosféricas o Singularity (que aúna riffs machacones con partes electrónicas y otras más atmosféricas).

Luego hay cosas como Why?, que parece de banda sonora de Disney al principio, aunque de vez en cuando se escape un gutural o Borderlands, más rockera y adornada con ruidos de trompetas, estadios…

Esto es una ida de olla absoluta. Hay que ir con la mente abierta, ya que en las primeras escuchas la sensación es de apabullamiento ante los giros y cambios que el disco contiene. Eso sí, una vez que le coges el punto, que admito que cuesta, el disco se disfruta bastante.

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