Tras varias escuchas del debut homónimo de Icon Of Sin ya puedo enfrentarme al dilema que me ha surgido con el primer disco de esta nueva formación de heavy metal. En un primer momento estaba con la cabeza centrada en que estaba escuchado un debut, pero la voz de Raphael Mendes me ha hecho cambiar de opinión drásticamente. Tengo que afirmar que la puesta de largo de Icon Of Sin es una estupenda y trabajada copia a los discos en solitario del mismísimo Bruce Dickinson. A nadie se le puede escapar y negar que la voz de Mendes es clavada a la de Dickinson. Los propios Iron Maiden ya tienen el sustituto perfecto si llegara el caso de tener que reemplazar a Dickinson en la ‘doncella de hierro’. Movimiento que espero no llegue a producirse. Tras esta rotunda afirmación voy a detallar los entresijos de este más que interesante debut discográfico.
Icon Of Sin es un proyecto creado, supervisado y dirigido por Serafino Perugino, presidente y director de Frontiers Records. Es un proyecto centrado en el poderoso talento vocal que posee Raphael Mendes. Un enorme vocalista brasileño bastante popular en su país, ya que a través de su canal en YouTube se hizo famoso protagonizando versiones de canciones de los Iron Maiden y demás bandas de metal. Videos que llegaron a los oídos y ojos de Frontiers y sin pensarlo ni un segundo se pusieron manos a la obra. Para la composición del primer disco de Icon Of Sin, el sello italiano reclutó a dos músicos brasileños estelares, Sergio Mazul (cantante de Semblant) y Marcelo Gelbcke (guitarrista de Landfall). Músicos que han acompañado en la composición de los temas junto a Mendes. De seguido se tenía que formar una banda y los elegidos son los que aparecen al final de reseña.
Con todo esto, es bastante complicado realizar la correspondiente reseña sin tener que escribir varias veces el nombre propio de Bruce Dickinson y la famosa banda que le ha hecho también famoso, los Iron Maiden. En esta doce canciones (hay una leve intro) se respira por los altavoces toda esa aura mágica que desprenden las canciones en solitario de Dickinson junto con algunas incursiones a lo ofrecido en Iron Maiden. Así de simple.
La inicial y que da el nombre de la banda es un claro ejemplo del sonido Dickinson que sonará en casi todo el disco. Al igual que “Road Rage” que además en el estribillo hay un párrafo que cantan ‘Running Wild, Running Free …’, poco más que añadir. En ambos cortes, y en los demás temas, las guitarras de Perez y Cantaleno suenan tremendamente conjuntadas y agresivas. También el inicio y el desarrollo en “Shadow Dancer” es muy Dickinson y Maiden, pero el resultado es mucho más hard rockero con estribillos bastantes adictivos. En cambio “Unholy Battleground’ suena mucho más oscura y densa, pero sigue manteniendo el sonido clásico de Dickinson. “Night Breed” es la que más cambia en este aspecto de Maiden dando como resultado el mejor corte de todo el disco y el que más me ha impactado. Tiene esa esencia de mezcla entre The Cult y Dickinson que resulta ser demoledora en este alegre y rítmico corte. De seguido resuena el frenético corte “Virtual Empire” donde todos los protagonistas ejecutan una gran composición. Y que a pesar a sonar a la dupla Dickinson – Maiden posee cierta identidad propia de Icon Of Sin.
“Pandemic Euphoria” es de las canciones que más se asemejan a Maiden, ya que la voz de Mendes es idéntica a la de Dickinson. ¡Y sí, lo he tenido que volver a decir, pero es la realidad! Lo mismo sucede con la extensa “Clouds Over Gotham”. Ya que además de la semejanza en la voz también son los duelos de guitarra y la base rítmica al clásico sonido de los Iron Maiden. A partir de este momento las similitudes desaparecen por un tiempo. En “Arcade Generation” se respira una canción totalmente diferente y con sonido propio y personal a Icon Of Sin. Ya que en un primer momento Mendes deja de ser una imitación para convertirse en lo que es, en un gran cantante. Al igual que en las power metaleras “The Last Samurai” y “The Howling”. Dos grandísimas canciones con cierto sonido a Helloween y mucho más personales en todo su desarrollo. Para finalizar tal como se ha empezado, sonando a Dickinson y Maiden. Y precisamente “Survival Instinct” cumple ese objetivo que tantas veces se ha podido escuchar en este debut.
No hace falta ser muy entendido para darse cuenta pero es aquí en este preciso momento en que salta la pregunta del millón. ¿Icon Of Sin debe de seguir su camino tal como lo ha empezado sonando a Dickinson y Maiden o debe de tener su propia identidad musical? Mi respuesta y la más egoísta sería ambas y me explico. Este primer álbum es un gran trabajo y bastante ameno a pesar de sonar a Dickinson en casi todo el desarrollo. Pero también igual conviene alejarse un poco de esa similitud – influencia para crearse su particular sonido. Sé que esta segunda opción la pueden realizar perfectamente ya que potencial vocal y musical hay por toneladas según lo disfrutado con su primer álbum. En sus mentes esta difícil decisión pero aun así, ¡Bienvenidos Icon Of Sin!