El primer cómic de verano y, para ello, he elegido «Killer Groove» de Ollie Masters y Eoin Marron. Se trata de una serie de cinco capítulos cuya acción se sitúa en la ciudad de Los Ángeles de los años 1970. El músico Jonny intenta triunfar mientras sobrevive trabajando en un horrible bar, emborrachándose junto a su vieja guitarra. Todo cambia cuando se vea enredado en los planes de un asesino de la mafia local, donde no sólo su vida dará un giro hacia la violencia, sino que también encontrará la inspiración que necesitaba para su música.
La música es una pieza importante de la obra y eso también me llevó a leerlo. Está muy presente a lo largo de todo el tomo. Basta con ver las portadas de la serie, imitando un vinilo con su funda o los títulos de cada número, que juega con canciones de algunos de los artistas más famosos.
Además de la historia en sí, toca temas muy de la época, como el movimiento Hippie, la degradación de este o los asesinatos de Charles Manson. Tampoco faltan temas tan actuales para esta sociedad como el racismo, el machismo, la homofobia y el conflicto con el régimen cubano.