Hay momentos en los que la vida te da la oportunidad de decirle a gente a la que admiras desde tiempo ha lo mucho que han significado, y significan, para ti. Joaquín Guzmán es desde hace décadas una referencia radiofónica para el que esto suscribe y ha sido todo un placer poder contactar con él y contar con su participación en esta sección. Con ustedes, un grande.
¿Cuál fue la primera canción o disco que te enganchó?
El primer disco que me enganchó y que me sabía de memoria fue «Fiebre de Vivir», de Moris. Aquellas letras tan de Madrid, aquel sonido tan rockero…
¿Y las primeras bandas o artistas de quienes te hiciste ferviente seguidor?
He sido bastante infiel y muy picaflor de muchos grupos. Escuchaba mucho la radio, los 40 Principales, y eso hacia que mis gustos fueran muy variados. Pero si de algún grupo fui más seguidor fue de la E.L.O.
¿El primer álbum que te compraste?
En mi casa no había tocadiscos, mis padres no eran muy de música. Lo primero que entró fue un radiocassete. Además recuerdo que fue en un estanco cerca de mi casa; una de esas estanterías que se giraban como las que había en las gasolineras. La cinta fue la Los Beatles «At the Hollywood Bowl»… la machacamos de tanto oírla.
¿Y el primer concierto al que acudiste? ¿Qué es lo que más recuerdas de él?
Probablemente alguno al que me llevaron mis padres de una fiesta de verano… uno de Massiel, y recuerdo un borracho que subió al escenario y se empeñó en darla un beso. Luego ya en mi adolescencia recuerdo muchos que se organizaban en San Isidro (bendito Tierno Galván), muchos gratis y otros por 500 pesetas; de alguno guardo entradas como el de Tina Turner o Bowie…
Concierto más especial al que has asistido hasta ahora…
¡Qué pregunta tan difícil, han sido tantos! U2 en el Bernabéu en el 8, Los Dire Straits en las Ventas -era muy fan de Knopfler-, Bruce Sprinsteen en la Peineta… Me cuesta mucho quedarme con uno.
Lo mismo con disco y/o canción que te llenen de una manera única, si es que puedes elegir…
Me pasa lo mismo, pero como fan de Knopfler declarado el «Alchemy Live» y también me llena el «Made in Japan» de Deep Purple y también… son unos cuantos más.
Alguna anécdota que te venga ahora mismo a la cabeza relacionada con tu trabajo en la radio…
Lo mismo digo, es difícil decir solo una. Lo que más recuerdo y emociona son los muchos gestos y muestras de cariño de muchos oyentes. Pero quizás una vez en Valencia, donde llevaron a una niña en ambulancia del Hospital a ver el programa.
Me emociona conocer a muchos artistas. El primer premio que ganas, no se te olvida. Hacer el programa el 11-S y 11-M o ahora, con el Coronavirus, en el que cada dia me emociona el Whattsap de algún oyente.
¿Cuál o cuáles serían los discos que más has podido escuchar hasta el momento?
Si fuesen canciones seria más fácil el ránking. Pero discos… por supuesto, el «Alchemy» de Dire Straist y el de Moris, «Fiebre de Vivir». Quizás alguno se sorprenda, también la opera «Turandot» de Puccini , el final, ‘Nessum Dorma’, me ensancha el alma.
Una canción para venirte arriba…
‘New York, New York’ de Sinatra es la canción despertador.
Una canción que siempre te lleve a la melancolía…
‘Dust in the Wind’, de Kansas.
Fuera de discos y canciones, ¿qué lectura de temática musical recomendarías?
«Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas», de Fréderic Martel.
Muy interesante para entender cómo el negocio del ocio se apoderó de la cultura y especialmente de la música, pervirtiéndolo todo.
Eres una referencia para muchos de los que nos dedicamos a la radio, y especialmente en su faceta musical. En tu caso, ¿qué compañeros de profesión destacarías por lo que han significado para ti y el medio?
Joaquín Luqui fue un buen amigo y me enseñó muchas aspectos del negocio (los turbios también) y sobre todo a amar la música y la importancia de los directos.
Iñaki Gabilondo por su capacidad de hablar y de ordenarte las ideas.
Ramón García por su capacidad de comunicar y entretener. Además, ahora estamos en el mismo medio –CMM en Castilla La Mancha– y compartimos ratos de radio y tele.