Texto: Txema Mañeru Los que me lean a menudo en Orpheo ya sabrán que me encanta el rock’n’roll y el power-pop australiano. Pues bien estos nuevos The Stanleys son tan buenos que los han editado prácticamente la gente de Off The Hip Records, el mejor sello de las Antípodas de la actualidad, y los más cercanos de Rock Indiana que son especialistas en pop, power-pop y new wave aquí. De hecho hace poco también coincidieron en la publicación de otra joya como es el último disco de The Wellingtons.
Esta banda proviene de Perth al igual que los Stems o los Chevelles, grupos ambos de los que han mamado y para bien. Pero también encantarán a los seguidores de los Smithereens o los Posies. De hecho el mismísimo Ken Stringfellow se ha involucrado en la producción y participa también como cantante. En la producción, además, le ayudan también Andy Lawson y Michael Carpenter, otro crack que se apunta también con la voz. También ayudan con voces y otros instrumentos Paul y John, hermanos del líder de la formación, Mark Di Renzo.
Comienzan eufóricos con ‘Amy’ y las guitarras y los coros son puro power-pop que remite también a Romantics, Nerves o The Pyramidiacs. En ‘What are we gonna do?’ se marcan una preciosa melodía tierna para acordarse hasta de sus paisanos, los legendarios The Easybeats. Parece hasta una versión de un clásico. Muchos estribillos guapos como el de ‘Hefner’, que además está acompañado de poderosas guitarras. Seguro que este tema tiene que ver con el magnífico grupo, Hefner, del injustamente olvidado Darren Hayman. Lo bordan también con soleados medios tiempos como ‘Everydboy dance’ que te invita a bailar en la playa aunque estemos en invierno. ‘This time goodbye’ es un triste pero hermoso tema lento que deja paso al eufórico y sensacional final con ‘Kid’s gonna rock’ cuyo título habla por si solo. Lo puedes conseguir en www.rockindiana.com y así te enterarás que acaban de publicar nuevos discos de Coke Belda, The Brass Buttons, Freewheel y los veteranos y estupendos Mamá con su sensacional “Toque De Queda”.
Pero también sería interesante que te pasaras por www.offthehip.com.au y te enterarás de otras joyitas recientes publicadas. Es el caso de otro debut homónimo de los Grinding Eyes. Es una colaboración internacional San Francisco/Sydney con grabación en Sydney por Owen Penglis (Straight Arrows, The Grates), mezclas del gran Jim Diamond (The Dirtbombs, White Stripes, Hives) y masterización en Detroit. Una fantástica combinación de shoegaze psicodélico, drone-rock y garaje-punk salvaje. Comienza con la psicodelia alucinada de ‘Monarch’ como unos Spacemen 3 pero más en ácido y también con efluvios de Flaming Lips o The Brian Jonestown Massacre. Las subidas y bajadas de ‘Read between the lines’ son increíbles y la velocidad y el órgano abrasivo del ‘A house is not a motel’ de Love, hace que acerquen este clásico al sonido de los Fuzztones. Los momentos más relajados y ensoñadores son para ‘Heavy dew’ y en la final ‘Something feels better then nothing’ se vuelven a aerder por los derroteros más psicodélicos de los Spacemen 3. ¡Una auténtica gozada para los que gusten de este tipo de alucinados sonidos!
Harina de otro costal, pero también más que recomendables, son Claire Birchall And The Phantom Hitchhikers. Seguro que este “Nothing Ever Gets Lost” encantará también a los seguidores del material de Rock Indiana. Por momentos se encabritan al estilo de sus paisanos los legendarios Bored! En las voces colabora Sly Faulkner de los Splatterheads, pero que últimamente está llamando más la atención aún con los estupendos Powerline Sneakers. Comienzan relajados y campestres con ‘Got the picture’, aunque luego desembocan en una tormenta de guitarras desérticas. El primer single es ‘Secret somewheres’ y es eufórico garaje-pop con armónica y buenos coros. Se acercan a los Jacobites y a los Stones de primeros de los 70 en ‘On high street’, con una gran melodía reposada. Meten por doquier también crudas guitarras que se mueven entre Neil Young y Sonic Youth que contrastan muy bien con su sensibilidad pop. Faulkner canta en la melódica ‘Lions & tigers’ y acaban con ‘On the waterfront’, un precioso, emocionante e intenso lento también de guitarras crudas. ¡La verdad es que si tienes que elegir entre uno solo de los tres la elección será difícil!
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