Texto: Txema Mañeru.
Lo del amigo Ty Segall es, además de gran y buena “Alegría”, ritmo frenético y creatividad constante. Ahora mismo es difícil encontrar alguien en el mercado musical que tenga un ritmo de publicaciones tan alto y que la calidad de las mismas esté a dicha altura. Bueno, solo se me ocurren los también brillantes y alucinados King Gizzard & The Lizard Wizard. Todavía este melenas rubio de San Francisco no ha cumplido la treintena y supera los 30 discos bajo su nombre. Este crack es muy difícil de catalogar pero si se puede decir que se pasea por el garaje-rock sesentero más lisérgico, aunque sin importarle marcarse ciertos arrebatos de hard-rock con su guitarra y algunos destellos punk. Los nombres de Jack White, Jay Reatard o The Black Keys siguen surgiendo al hablar de él, aunque cada vez más de vez en cuando.
Su ascenso de popularidad se ha gestado ya en esta década se ha gestado merced a su fichaje por el prestigioso sello Drag City, que aquí distribuye la gente de Everlasting Records / Popstock!, y a base de discos como “Twins”, “Manipulator” (mi favorito, quizás, hasta la fecha) o el reciente y aún calentito “Freedom’s Goblin’. Ahora se marca este alegre divertimento titulado “Joy” que viene firmado como Ty Segall & White Fence. White Fence n es otro que su paisano y colega psicodélico, Tim Presley, con quien ya hicieran un disco para el Record Store Day del 2012 titulado “Hair”.
Ahora nos traen 15 nuevos temas en media hora y con varios experimentos de escasos segundos entre ellos. Comienza con la psicodelia, los cambios de ritmo y la magia de ‘Beginning’ que dejan paso al alucine lisérgico en plan Syd Barrett de ‘Please Don’t Leave’. También tiene este y otros momentos algo de los T-Rex de Marc Bolan. No hay que olvidar que Ty uvo hasta una aventura bajo el nombre de Ty Rex. En ‘Body Behavior’ tenemos algunas de sus guitarras eléctricas cercanas al rock duro que tanto nos flipan. También las tenemos más ácidas en ‘Good Boy’ y de nuevo rockeras y excéntricas, un poco a lo Frank Zappa, en ‘Hey Joel, Where You Going With That?’. Sorprende la presencia, para bien, de dos temas largos como son los más de 5 minutos de un ‘She Is Gold’ que comienza con alucinadas percusiones, deja paso a ritmos cercanos al kraut-rock y destapa varios momentos geniales con sintetizadores y teclados entre tanta locura. También son muy buenos los 4 minutos de despedida con un ‘My Friend’ que recuerda el sonido hippy de su ciudad en los años 60. ¡Cómo dice la popular canción, qué el ritmo no pare!