Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).
Llevo un tiempo oyendo hablar muchísimo de Venom Prison, con loas generalizadas, y ya me picaba la curiosidad, aunque por una u otra cosa nunca me ponía con ellos. Este Samsara se presenta como una buena oportunidad de conocer a estos galeses, en activo desde 2014 y que presentan su segundo álbum.
Su propuesta es un death metal, brutal y técnico a partes iguales, mezclado a su vez con elementos más propios del hardcore, como esas partes caóticas y violentas. Música de mucha intensidad que se complementa con letras reivindicativas.
El sonido del disco es casi perfecto, muy nítido, pero a la vez creando una pared de sonido. Consiguen transmitir la contundencia y pesadez del death metal, ingrediente principal de la música, y las partes más rápidas y caóticas que están cerca del hardcore. Instrumentalmente el disco está muy bien, y tanto la batería como las guitarras suenan casi perfectas, todo ello coronado por la voz de la vocalista Larissa Stupar, quien alterna los guturales más cavernosos con un registro agudo y penetrante como quien no quiere la cosa.
El disco se compone de diez temas en aproximadamente 40 minutos, en los que apenas hay un respiro. Desde el inicio con Matriphagy se alternan las partes a mil por hora y otras pesadas y aplastantes, sin dejar de lado ocasionales riffs que introducen un punto de melodía en el tema. Otros temas que destacan son Uterine Industrialisation, Self Inflicted Violence, Asura’s Realm o el final Naraka.
No está mal este disco de Venom Prison, y si bien creo que hay un punto de hype en torno a la banda, lo cierto es que lo tienen con mucho más merecimiento que otras bandas. Es un buen disco de death metal que no creo que defraude a ningún seguidor del género.