Volbeat: «Servant Of The Mind» (Vertigo Records / Universal Music Group)

El precio de la fama en algunas ocasiones se paga muy caro. Ya que la ascendente carrera discográfica de los daneses Volbeat estaba ya llegando a un punto de no retorno debido a que sus últimos discos estaban orientados para las radio fórmulas más clásicas. Con la clara intención de seguir sumando nuevos seguidores dentro de todos los estilos rockeros y de metal. Para así seguir llenando estadios y liderando macro festivales internacionales, los cuales y por cierto, los echamos de menos en estos tiempos de pandemia. Y es aquí en esta etapa en la vida que nos ha tocado lidiar, han sabido rectificar y han vuelto a sus raíces más duras y densas. Ya que en su octavo disco presentado bajo el título ‘Servant Of The Mind’ nos ofrecen grandes canciones orientadas al heavy metal e incluso al thrash metal pero sin dejar de lado su rollo rock ‘n’ roll, country y rockabilly que tan bien saben ejecutar y por lo que han sido tan laureados por todos sus seguidores.

Con ‘Servant Of The Mind’ su sonido se ha encrudecido y sus nuevas canciones suenan mucho más enérgicas gracias a las potentes guitarras de Poulsen y Caggiano. Que junto con la pegada de los hermanos Larsen, hacen de él, uno de sus trabajos más destacados y más duros. Un cambio de rumbo que a un servidor le ha sorprendido gratamente ya que su anterior apuesta les estaba ahogando en unas tierras movedizas que era casi imposible de salir airoso. Y todo ha sido posible a su retorno de sus influencias musicales más duras como Black Sabbath, Mercyful Fate, y Metallica, tal como ha declarado el vocalista y guitarrista de la banda.

Su parte más metalera la podemos encontrar en la inicial “Temple of Ekur”. Siendo éste un gran comienzo y una buena carta de presentación donde no faltan los socorridos estribillos tan característicos. La potente y densa “The Sacred Stones” con claras influencias a los Metallica e incluso a los mismísimos Slayer. Consiguiendo ser mi favorita del disco junto con las potentes “Shotgun Blues” y “Say No More”, donde la influencia a los de San Francisco se palpa en cada segundo. También “The Passenger” y “Becoming” destilan ese aroma de metal y denso que les queda de lujo.

A destacar también la incursión al rockabilly más punk con “The Devil Rages On” donde nuevamente Poulsen se muestra pletórico en un corte muy endiablado y muy influenciado por The Cramps. Mencionar que también la rapidísima “Heaven’s Descent“ es un claro ejercicio a sus cortes más clásicos y melódicos pero que en esta ocasión han encrudecido su sonido quedándoles un tema bastante rico en los numerosos matices sonoros que llegar a desprender.

La zona más comercial del disco, y que no debería de faltar en este disco de los Volbeat, se centra en “Wait a Minute My Girl”. Una canción muy similar a las escuchado anteriormente en otros discos pero que contiene ese toque funk y rockero que protagonizan el saxon y los teclados. ¡Vamos muy Johnny Cash! Y la dulce balada “Dagen Før”, que es acompañada en las voces por Stine Bramsen, es un tema dirigido nuevamente a las radio fórmulas más clásicas.

A partir del corte número diez del disco la originalidad de ‘Servant Of the Mind’ se vuelve mucho más predecible. Un claro ejemplo es la “Step Into Light” donde las intenciones son buenas pero que no termina de arrancar como debería. “Mindlock” posee ese aura sonoro a los Metallica pero con diferente resultado ya que a pesar de poseer una tremenda pegada tampoco llega a cuajar del todo. Finalizando notablemente con la más que extensa “Lasse’s Birgitta”. Un corte arriesgado en su composición que necesita más de una escucha para digerir todo lo que nos quieren ofrecer estos cuatro inconmensurables músicos que con este nuevo álbum han dado un paso en firme en su evolución y en su consagración para seguir siendo todo un referente a nivel mundial.

Sobre el Autor

Txema De la Cruz
Quiso ser músico pero su mayor virtud la tenía en los dedos para teclear noticias, reseñas, crónicas, entrevistas delante del ordenador mientras escucha heavy metal de fondo, su gran pasión. La famosa 'doncella de hierro' le tiene atrapado desde que tiene uso de razón. Melómano asistente a los conciertos rockeros y metaleros junto con su inseparable humilde cámara de fotos. Redactor y jefe de contenidos en RIB.
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