Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).
Abhorrence es una de esas bandas de culto que, a pesar de no haber llegado a editar nunca un álbum completo, están grabadas a fuego en la mente de los seguidores del death metal. En su caso, además de por pertenecer a esa primera ola del death metal finlandés junto a Demigod, Disgrace o Xysma, Abhorrence son siempre recordados por ser la banda previa de Tomi Koivusaari de Amorphis.
Con tan sólo una demo y un EP bajo su nombre, Abhorrence se disolvieron en 1990. Koivusaari se unió a Amorphis y la banda quedó como una de esas bandas pioneras que nunca llegaron a despuntar. No obstante la nostalgia acabó forzando una reunión en 2012 de toda la formación original (salvo el batería). Como suele pasar, lo que iban a ser tres conciertos se acabaron convirtiendo en un puñado más y, tras editar su concierto del Festival de Tuska, en 2018 ha llegado este EP con cinco nuevos temas.
Si Abhorrence se caracterizaban por algo era por un sonido pesado y sucio a más no poder. Como apenas sacaron dos referencias, nunca sabremos si dicho sonido era por gusto o por falta de medios, pero dicha suciedad y crudeza sonora son hoy en día la razón la razón de ser de muchas bandas de death metal. Dicha crudeza desaparece en este EP. A pesar de que el sonido intenta ser el de los primeros años 90, la mezcla es limpia, demasiado, perdiendo ese halo de oscuridad que tenían las primeras grabaciones del género.
La música de Abhorrence no ha cambiado nada: death metal pesado y oscuro (aunque menos de lo deseado), combinado con ese peculiar sentido de la melodía que caracterizaba al death metal finés. El inicio, tras la obligada intro, viene con Anthem for the Anthropocene, un tema lento y pesado. Los que le siguen, The Four Billion Year Dream y Hyperobject Beneath the Waves, son más rápidos y agresivos, aunque intercalando partes más pesadas. El colofón final llega con The End Has Already Happened, de más de 7 minutos de duración y que une todas las características del sonido de Abhorrence, alternando la onda más pesada con partes igualmente rápidas.
No está mal este trabajo. Sin ser especialmente original, se mantiene fiel al espíritu de los años 90, pesando sobre él la excesiva limpieza del sonido. Veremos si esta encarnación de Abhorrence tiene más recorrido que la formación original y tenemos un álbum completo.