¡Benditas anomalías! Hace 6 años fue todo un descubrimiento el disco “Bas(H)oan” con la firma de Beñat Achiary, Joseba Irazoki y Julen Achiary. No pensaba, para nada, que habían transcurrido todos esos años. Como dicen en Elkar fue historia musical al instante que te golpeó en la cara, a la vez que en el oído y el alma. Pues bien, esas sensaciones, se repiten, o incluso se incrementan con “Bas(H)oan II” (Elkar). Ora vez más de 1 hora de intensa y especial música y esta vez con la suma como bajista de Oihan Oliarj-Ines. Tradición combinada con vanguardias históricas y locas modernidades sin límites artísticos. No es nada descabellado que citen a Marc Ribot, Robert Fripp (King Crimson), Black Midi, King Gizzard, John Cale, Mark Cunningham, Tom Waits, Lydia Lunch, Thurston Moore, Verde Prato, Miles Davis, Sceramin’ Jay Hawkins o Mikel Laboa.

Pero también puedes acordarte de Weather Report, Scott Walker, Gailu u otros peligrosos francotiradores. Más de 1 hora de música y poesía (mayoría de Itxaro Borda) en 10 temas en los que cabe de todo. Comienzan con los 7 minutos y medio de sonidos tribales indios (americanos) con percusiones y voz de ‘Eta Populu Zaharrek’ con la buena escritura de Itxaro Borda y las palabras de Josean Artze. A los 2 minutos entran ya guitarras noise y a los 4 minutos más velocidad y guitarras, pero ya sin voz. Guitarras math-rock repetitivas a lo Marc Ribot, pero luego ritmos jazz que parecen improvisados a lo Weather Report en ‘Ene Ardiekin Arnegitik Urrun’. Sigue ‘Idatzi’, también escrita por Borda, un lento inquietante y original con genial voz de Beñat y alucinantes guitarras. En ‘Mila Fabore’ (con música y letra de Irazoki y Gotzon Garate) suenan en plan ochote loco. Locura también en la voz de ‘Zerotik Abiatzeko Poema’ con guitarras a lo Robert Quine y cuando superan los 9 minutos con la música más tradicional de Euskadi. La-la-lás y luego final experimental a lo Pink Floyd para acabar superando los 13 minutos de duración. En ‘Mehera My Love’ suenan a modo de crooner loco al estilo del Scott Walker de los últimos años. Poema y música de su inspirador Robbie Basho y cantando en inglés. Más locura vocal, y guitarrera por momentos, en ‘Lo Egin’. Se nota que la ha hecho Irazoki al completo. En ‘Tchourako Bidea’ de nuevo Scott Walker experimental con guitarras entre Ribot y Quine. Un lento prodigioso con voz cuasi operística. Luego ya entran guitaras más rock y ese poderoso bajo eléctrico en un tema que parece ir improvisándose sobre la marcha. Implacables y potentes, al estilo Swans, pero con esa voz cuasi-lírica que luego deviene en noise-rock en ‘Juztizi-Ero’. Despedida melódica, como olas de mar, con la ‘Raga’ de Oihan, pero también con experimentación vocal y de guitarras. Una ‘Raga’, sí, pero de free-rock, jazz y folk. ¡Ojalá que no pasen otros 6 años para traernos otra “anomalía” así!