Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).
Vamos con el primer álbum completo de los canadienses Brand of Sacrifice, joven banda de brutal death metal que combinan a su vez con partes slam al más puro estilo Devourment con otras más cercanas al deathcore, todo ello salpicado de samplers y coros y coronado por una técnica apabullante.
La verdad es que la suya ha sido una progresión meteórica: formados en febrero de 2018, apenas unos meses después publicaban su primer EP, The Interstice, que rápidamente les valió su fichaje por Unique Leader Records, sello otrora garantía de calidad en el death metal más brutal. Fuertemente influenciados a nivel letrístico por el manga y el anime, este God Hand es su primer álbum completo.
Grabado y producido por el guitarrista Michael Valeri y el vocalista Kyle Anderson, hay que reconocer que el sonido obtenido es apabullante. Las guitarras tienen un sonido cortante, mientras que el bajo se encarga de hacer que retumben los cimientos. El único pero viene en la batería, con un sonido demasiado comprimido que hace que suene demasiado artificial, sobre todo los bombos. A todo ello hay que sumarle la presencia de teclados atmosféricos en algunos temas y unos armónicos o samplers que aparecen al final de cada riff y que acaban por sacar de quicio al oyente. Por no hablar de los continuos parones, marca de la casa del slamming death metal (o death metal bailongo, como he leído por ahí) y que tienen la peculiar virtud de interrumpir cada riff. Todo ello coronado por unas voces que van alternando entre los guturales, registros rasgados, y otro que parece sacado de una txarriboda.
De todo el batiburrillo sonoro que montan Brand of Sacrifice es posible rescatar Divinity, The Branded y God Hand, además de riffs sueltos por el disco como en Charlotte o Claw Marks. Llama la atención que en media hora escasa de álbum hayan tenido que meter dos interludios instrumentales (dignos de la BSO de un videojuego), da la sensación que van un poco de relleno para conseguir sobrepasar los 30 minutos de duración.
En fin, un brutísimo lanzamiento de death metal modernete al que por lo menos han intentado darle un aire original mediante la inclusión de teclados y samplers. Que al final el resultado no termine de ser todo lo brillante que podría ser supongo que se debe al intento de tocar demasiados palos que no tienen nada que ver entre sí. Por mucho bombo que intente darles Unique Leader a estos chicos, creo que no hacen honor a las expectativas creadas.