La verdad es que le costó demasiado tiempo entregar su debut homónimo en solitario a Javier Bravo Lahoz. Quedó muy satisfecho (y no es extraño) con un disco realmente áspero y crudo. Logrados momentos perturbadores ayudados por los efectos sonoros del productor Juan A. Salinas (Maine, Varaverde, Alondra Galopa). Buenas guitarras chirriantes en ‘Sin Título’, cantándonos sobre el insomnio. La variedad iba del post-rock más o menos noise al anti-folk, pasando por la canción de autor del siglo XXI. Nosotros lo recomendamos, y volvemos a hacerlo, para seguidores de Corcobado, Julien Elsie, Lou Reed, Rafa Berrio, Pablo Und Destruktion, Fernando Alfaro o sus recién y felizmente regresados Surfin’ Bichos. Duro y agresivo en ‘El Gilipollas’ y excelente melodía en ‘La Canción de la Escalera’ con la gran aportación vocal de Mónica Navarro (Alondra Galopa). Post-rock a lo Tortoise en ‘Quemaduras’ y hasta una cita de Nietzsche que venía muy a cuento.
Tal fue su satisfacción con dicho disco que en pocos meses ha regresado con este todavía superior “Bravo Lahoz 2” (The Borderline Music / Discmedi). A pesar de haber perdido el factor sorpresa, sigue entregando canciones difíciles de clasificar. Suma art-rock, post-punk y ecos al mejor sonido lo-fi o a los grandes Sparklehorse. Buen post-folk instrumental en ‘El Parque’. Folk más ruidoso con toques espectrales y costumbristas en ‘La Canción de la Fuente’. Creo que a Bravo también le gusta Sr. Chinarro. Cumbre (o una de ellas con los casi 8 minutos del hermoso lento con guitarras exquisitas, armónica y paz al estilo Dylan de ‘Maldito’. Blues-noise carcelario en ‘Síndrome de Adivino’. Misterio y solemnidad a lo Nick Cave en ‘Vísperas de San Esteban’. Rock guitarrero sin rodeos en ‘Luz de Gas y art-rock que va calando poco a poco en la estupenda y nada habitual ‘Un Mundo Nuevo’ que abre nuevos caminos. Sus trabajos, y este en particular, van ganando en detalles y lo vas amando más con escuchas sucesivas. A eso ayuda también la buena producción y el montón de instrumentos que aporta Antonio Horrillo en esta ocasión. No podemos dejar de poner su dedicatoria: “Dedicado a todos los malditos, adivinos y locos, a los amigos hartibles y a la chica que encuentra cosas”. ¡Yo he encontrado un buena amigo y apoyo musical y literario en Bravo Lahoz!