Texto: Txema Mañeru
No nos hemos cansado nunca en las páginas de Orpheo de destacar como se merecen algunas de las mejores autobiografías de músicos o libros de memorias. Su mente dañada desde muy joven no le impidió firmar algunas de las más trabajadas y celebradas canciones de la historia de la música. Tampoco firmar discos conjuntos de la magnitud de “Pet Sounds” o ese posteriormente recuperado “Smile”. Tampoco le ha impedido su cerebro enfermo (quizás le ha ayudado) el haber firmado una de las más reveladoras y emotivas autobiografías que jamás leerás. Esto puede que sea un torrencial vertedero de recuerdos y que tenga momentos realmente terribles y repletos de tristeza. Al mismo tiempo está lleno de esperanza pues le tenemos todavía cantando en directo y componiendo todavía algunas buenas canciones, aunque nunca con la magia que logró en los años 60, claro.
Parece que al ponerse a escribir estas sinceras y sentidas paginas ha dejado de lado muchos de sus pertinaces miedos pues no se corta al hacernos partícipes de lo dura que es la vida dentro de su dañada cabeza. Así afronta el sufrimiento que le provocó su padre y también otros miembros de su familia que querían que llevara a la banda por territorios más “comerciales”. Salen a relucir también sus profundas crisis nerviosas y también llega a hablar de las voces que escucha dentro de su propia cabeza al igual que otros ilustres majaras musicales como Syd Barrett o Daniel Johnston. En todo esto no ayudó nunca demasiado (generalmente todo lo contrario) el malvado Doctor Landy.
Para completar la visión de este genio es muy recomendable ver el reciente biopic sobre su vida, “Love And Mercy”, con papel estelar para John Cusack o leer las más de 500 páginas que escribió hace casi dos décadas José Ángel González Balsa en un completísimo “Bendita Locura: La Tormentosa Epopeya de Brian Wilson y Los Beach Boys” (Editorial Milenio). No extraña en absoluto que desde Malpaso utilicen adjetivos como duro, sincero, auténtico o conmovedor a la hora de definir brevemente lo aquí narrado. El libro de 340 páginas y preciosa portada está dedicado a su esposa Melinda. “Sólo Dios sabe lo que sería de mí, sin ti”. En su redacción es importante la colaboración de Ben Greenman y también están muy bien colocadas por orden cronológico las 16 páginas de fotografías en blanco y negro en las que priman las fotos familiares por encima de las “artísticas”. Entre la lista de agradecimientos tenemos a los autores y actores de “Love And Mercy”, llegando a afirmar que no hubiera acabado este libro sin la visión de la dura, pero sincera película. También agradece a músicos como George Greshwin, Phil Spector, Chuck Berry, The Everly Brothers, The Beatles o The Rolling Stones. Según Forbes estamos ante “Una visión maravillosa de un genio atribulado”. Según The LA Beat, “Una de las autobiografías más honestas y directas jamás escritas por un músico”. Record Collector nos dice “Wilson es cándido y franco a la vez… En este libro se cae el mito”.
También es buena idea que cada capítulo se abra con letras de las canciones de Wilson directamente relacionadas con los títulos. Títulos que ya dicen claramente por dónde van los tiros Porque tras la “Obertura” tenemos capítulos llamados “Miedo”, “Familia”, “Cimientos”, “Hogar”, “Padres e Hijos”, “Ecos y Voces” o el esperanzador final titulado “Hoy”.
¡Parece mentira que con todo lo sufrido y todos estos acontecimientos, Brian fuera capaz de crear tan espléndida y radiante obra! Por eso además de gran artista y músico estamos ante la vida de un genio y un héroe al mismo tiempo