Demons & Wizards: «III» (Century Media Records)

En la segunda mitad de los 90, Iced Earth y Blind Guardian eran posiblemente dos de las bandas más en forma del panorama del power metal, además de las que tenían una personalidad más definida. De la unión de Jon Schaffer, dueño y señor de Iced Earth, y Hansi Kursch, vocalista y motor de Blind Guardian, nació Demons & Wizards como unión de ambos mundos: las melodías más oscuras de Iced Earth y la velocidad y tono más alegre de Blind Guardian.

Publicaron su primer álbum en 1999 y tras una gira en 2000, tuvieron que pasar todavía otros cinco años para que llegara Touched by the Crimson King, que no llegó a igualar a su antecesor. A partir de ahí la intensa agenda de ambas bandas hizo difícil continuar con el proyecto, hasta que en 2019 lo reactivaron y ha sido en 2020 cuando ha llegado el esperado tercer álbum, originalmente titulado III.

La formación se completa con el batería Brent Smedley (Iced Earth), el bajista Ruben Drake (director de hospital y que tocara con Schaffer en Purgatory) y el guitarrista Jake Dreyer (Iced Earth, Witherfall). Es decir, Jon Schaffer se ha rodeado de gente de confianza para completar el grupo, mientras que de la producción se han encargado él y Hansi Kursch, mientras que de la técnica se ha encargado Thomas Geiger, colaborador de Blind Guardian.

El sonido es bueno, optando por una producción más orgánica y con regusto clásico en lugar de una producción cristalina y limpia logrando un sonido menos pulido pero más “real”. El resultado es un disco de heavy metal lejos del speed metal noventero y un marcado regusto rockero, con buenos y pegadizos. Como temas más destacados cabría mencionar Invincible (melódico, con un buen riff pegadizo), el oscuro Final Warning (con un rollo Iced Earth muy marcado), el melódico y melancólico Timeless Spirit y el pegadizo medio tiempo Universal Truth.

El disco está bastante bien, pero me da la sensación de que le falta algo. Hay buenos riffs, estribillos pegadizos, buenos solos y melodías pero el resultado global no cuaja, no termina de ser un disco redondo. Me ha dejado con la miel en los labios, porque hay mucho potencial pero el álbum no despega.

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