Texto: Txema Mañeru.

Sexto, y uno de sus mejores discos, para este hombre de Bristol llamado Fin Greenall. Son ya más de 20 años de carrera como músico, productor y compositor de culo inquieto y difícil catalogación. Se mueve por la música electrónica, pero también por el rock, el blues, el funk o el trip-hop. Como compositor ha trabajado para estrellas como Amy Winehouse o John Legend. Creció con The Cure, Radiohead, Tricky o The Afghan Whigs y todavía se nota en algunas de sus canciones.

Hace poco presentó en España en formato quinteto las canciones de este estupendo “Resurgam” que está en el subsello de Ninja Tune, R’Coup’D, distribuido aquí por PIAS. Por cierto, gran presentación en digipack de tapas duras con gran libreto interior con todas las interesantes letras. Fue un rotundo éxito artístico. Además yo creo que puede que estemos antes su mejor disco junto al estupendo “Perfect Darkness”. Fin quería hacer un disco distinto a todo lo anterior y lo ha conseguido en cierta manera. Le ha ayudado mucho a ello la gran producción del prestigioso Flood (PJ Harvey, Foals, U2, The Killers).

Comienza con el magnífico tema titular que suena a góspel galáctico del siglo XXI un poco al estilo del mejor James Blake. Sigue con el ritmo relajado pero con tensión a un tiempo y buenos arreglos de Flood con el Roland System 700. También alterna con explosiones eléctricas que pueden gustar a seguidores de Gallon Drunk o The Afghan Whigs, también. El single se titula ‘Cracks appear’ y tiene lo más parecido a un estribillo pegadizo. También destacan sus guitarras y la melodía recuerda un poco a algunas de los primeros Simple Minds inmersos en la cool wave. Vuelve a resonar con aires góspel como los de Greg Dulli en la emocionante ‘Word to the wise’ en la que prácticamente tenemos dos pianos y su voz. En este y otros momentos apreciamos porque también gusta a los seguidores de José González, Bonobo o Dntel. En ‘This isn’t a mistake’ suenan misteriosos y medio congelados pero al mismo tiempo su experimentación transmite mucha emoción orgánica. El saxo de Martin Slattery les vuelve a dar un cierto aire a Gallon Drunk o Tindersticks. También suenan gélidos, pero rezumando pasión al estilo de los Radiohead del “Kid A”, en la lograda ‘Covering your tracks’. Hasta se atreven con toques africanos en las guitarras y el ritmo de ‘Godhead’. ¡Un gran disco de un genial artista que va creciendo con las escuchas!