Texto y fotos: Txema de la Cruz.
Para la segunda jornada nos desplazamos nuevamente al Auditorio Miguel Ríos para ser testigos nuevamente de las actuaciones en directo de las bandas contratadas y anunciadas por la organización junto con las exhibiciones de motos y coches customizados hasta en los últimos detalles. Jornada que serviría para otorgar los correspondientes premios que fueron obsequiados los ganadores de los diferentes concursos que hubo durante todo el evento.
Como era lógico tuvimos que reponer fuerzas y por ese motivo no pudimos estar presentes en las dos primeras actuaciones de la jornada y que correspondían a dos jóvenes bandas estatales. Se trataban de Los Gallos y Mirlo Blanco, quiénes ejercieron de anfitriones a primera hora de la tarde para presentar a los valientes seguidores sus dos propuestas musicales pero unidas en un mismo denominador común; rock alternativo. Los segundos eran los encargados de presentar su nuevo disco ‘Reinas Salvajes‘ y según contaron algunos asistentes ofrecieron un más que digno concierto. Aun así, estuvimos con tiempo suficiente para presenciar el corto pero intenso concierto de media hora de los ganadores del concurso ‘Rising Star’ llamados The Splizzy Gang. Banda valenciana que hard rock de altos vuelos capitaneada por la vocalista Elisabet Gang junto a los guitarras On Monroe y Carlos Godoy, el bajo Andy De Leo y el batería Merka Ramone. Durante su denso concierto que comenzó sobre las 16:30 horas y ante un escaso público, fueron desgranando sus canciones sin pausa alguna, dejando un buen recuerdo por sus melodías musicales y sobre todo por sus tremendas ganas de agradar al escaso personal allí presente. Tres jóvenes bandas estatales que habrá que seguir de cerca sus pasos para ver su esperada y acertada evolución musical.
La presencia nacional no se quedaba ahí ya que después se subían al escenario del festival otra joven pero ya veterana banda de stoner / southern metal afincada en Madrid denominada Hell’s Fire. En sus inicios hacían algunas y contadas versiones de sus amados Pantera, influencia y estética que se gasta la banda, para después componer y también desde sus inicios sus propios temas de corte muy similar a los primeros discos de Phil Anselmo y compañía que están reflejados en sus tres discos de estudio, ‘Rest In Riffs’, ‘A.M.M.O.’ y ‘Eleven Roads To Hell’. Durante su corto pero contundente concierto, la banda comandada por el vocalista Big Mario, ofrecieron varios cortes muy arraigados con el estilo de stoner / southern. Estilo musical que hizo temblar los cimientos del Auditorio gracias a los riff asesinos de los guitarras Mario Sánchez y Davi Suárez junto con la apisonadora rítmica del batería Óscar Martin y del bajista técnico Jaime Díaz.
Los siguientes en tocar fueron los holandeses DeWolff, quiénes se presentaban con su reciente último disco de estudio ‘Thrust’. El cantante y guitarrista Pablo Van de Poel anunciaba lo siguiente al término del tercer corte ‘Sugar Moon‘, ‘somos DeWolff y venimos de los países bajos…’. Su concierto comenzaba cerca de las 18:15 horas con el corte ‘Big Tal’ para proseguir con ‘Tombstone Child’. Su propuesta setentera con influencias claras de rock psicodélico nos transportaban a los míticos y lejanos años setenta en donde el movimiento hippie de paz y amor reinaba en la sociedad norteamericana junto con un icono del rock, el gran Jimi Hendrix. Influencia musical clara del joven Pablo que junto su hermano en la batería, Luka, y en el órgano hammond, Robin Piso, nos mostraban sus canciones en un aire hipnótico y atrayente a más no poder.
Durante sus cuarenta minutos de concierto prosiguieron descargando cortes a base de extensos solos de guitarra y de órgano hammond, para el deleite de los allí presentes. La instrumental ‘Double Crossing Man’ fue la siguiente en sonar junto con la rockera y enérgica ‘Tired of Loving You’ repleta de coros y muy melódica que recordaba de algún modo a la Creedence Clearwater Revival, dando por concluido su recital con ‘Deceit And Woo’. Una joven banda pero con una dilatada experiencia musical a base de sus seis discos de estudio junto con un EP y un directo, siendo ellos los perfectos anfitriones para los siguientes en presentarse en el escenario.
Graveyard, la segunda banda del cartel con el mismo rollo setentero que los anteriores pero estos en formato de cuarteto editaron el año pasado su último disco titulado ‘Peace’ y que fue el centro de su concierto junto con algunos de los temas repartidos en sus otros cuatro discos de estudio que comenzaron hace once años publicando su disco debut y homónimo.
Con Joakim Hilsson en la labores de vocalista y guitarra, Jonathan Ramm en la guitarra, Truls Mörck en el bajo y Oskar Bergenheim en la batería comenzaron su concierto con cierto retraso según el horario previsto. Tuvieron que empezar sobre las 19:35 horas y lo hicieron diez minutos más tarde, intervalo en el horario que fueron destinados para afinar sus instrumentos ante el impaciente público. La lenta y semi balada ‘Slow Motion Countdown’ fue la elegida para comenzar su concierto que prosiguieron con la heavy ‘Please Don’t’ y la coreada ‘Hisingen Blues’ cantada por los dos guitarras y el bajo. La rockera ‘Magnetic Shunk’ y la setentera ‘The Fox’ fueron las siguientes en sonar junto la balada con aires de blues rock ‘Too Much Is Not Enough’. Hubo tiempo para continuar con los cortes ‘Walk On’ y ‘Bird of Paradise’ incluidos en su nuevo disco ‘Peace‘. Para terminar con ‘And Industry Of Murder’ del álbum ‘Lights Out‘ de 2012, junto con la frenética ‘Ain’t Fit To Live Here’ y el blues rock ‘The Siren’ del ‘Hisingen Blues‘ de 2011.
La leyenda de los míticos Thin Lizzy sigue viva al estar presente en Black Star Riders, el mítico guitarra Scott Gorham, quién se encuentra acompañado por el cantante y guitarra Ricky Warwick (The Almighty), el tercer guitarra y no menos activo Damon Johson (Alice Cooper / Brother Cane), el bajo Robert Crane y el batería Chad Szeliga. Debido al retraso producido por Graveyard, su concierto comenzó cerca de veinte minutos más tarde de los previsto acortando su rompedor directo, ya que estuvieron subidos en el escenario cerca de treinta y cinco minutos.
Las 21:20 horas fue el comienzo de su potente y rápida descarga musical que fue comandada por su himno ‘All Hell Breaks Loose’ para proseguir con otro clásico para cualquier amante del rock en general y en especial. Hablamos de la mítica de Thin Lizzy, ‘Jailbreak’ que fue coreada a pleno pulmón por el ya nutrido público presente. Sin descanso alguno y sabiendo de su limitado tiempo, prosiguieron con el corte que da nombre a su tercer disco, ‘Heavy Fire’ para continuar con dos cortes de ‘The Killer Instinct’, la festiva de índole folk rock ‘Soldierstown’ y el tema que da nombre a su disco de 2015. Dejando para el final la tremenda y también de Thin Lizzy, ‘The Boys Are Back In Town‘, nuevamente coreada para despedirse ante la sorpresa del respetable con el enérgica ‘Kingdown Of the Lost’ de su disco debut ‘All Hell Breaks Loose‘. Sin duda fue uno de los mejores conciertos del festival con una banda totalmente entregada a la causa.
Después de lo vivido con los anteriores músicos la gente se iba colocando a lo largo y ancho del escenario para ser testigos del momento cumbre de todo el festival. Ya con la simple presencia y nombrar a Glenn Hughes, un servidor recordaba su exitoso camino musical de este gran bajista, vocalista y compositor, que comenzaba por una de las grandes bandas que ha dado la historia del rock. Hablamos de los míticos Deep Purple, reclamo que utiliza actualmente junto con su experta banda para recordar grandes himnos del heavy rock. Se le ha llamado ‘la voz del rock’ y el sábado lo dejó bien claro, que pese a tener 66 años, su voz sigue estando formidable.
En esta ocasión se encuentra acompañado por el guitarra Søren Andersen, el teclista Jesper Bo Hansen y el batería Fer Escobedo. A las 22:45 horas se encendían las luces del escenario para dar paso a los primeros acordes de la mítica ‘Stormbringer’, dejando al público que iban a ser testigos de su impecable actuación en directo. ‘Might Just Take Your Life’ fue la siguienten sonar junto con ‘Saild Away’. Glenn Hughes y su banda se mostraban cómodos y alegres encima del escenario, la profesionalidad ante todo. La intro de guitarra y los ánimos y gritos del público dieron comienzo con la emblemática ‘Mistreated’ que fue seguida por la melódica ‘You Fool No One’. Corte que comenzó con un extenso solo de teclados de Jesper y que en pleno éxtasis hubo momento para el clásico solo de batería de Fer, que a mí juicio sobraba pero que fue destinado seguramente para calmar la garganta del propio Glenn ya que durante su estancia encima del escenario nos regaló numerosos agudos que nos dejaron a todos boquiabiertos. Cómo no podía ser de otra manera, los primeros acordes del himno internacional ‘Smoke On The Water’ fue otro de los momentos cumbres de su directo.
Faltaba el tramo final de su actuación que fue reservado para dos grandes obras maestras musicales dentro de la historia del rock. Hablamos de ‘Highway Star’ y ‘Burn’ que fueron otro de los momentos cumbres de todo el festival. Ser testigo de esos minutos que duraron las dos canciones hicieron que valdría la pena desplazarse al festival y recorrer más de 400 kilómetros de autopista. Las sensaciones fueron muy positivas y las caras del público lo certificaban con sus amplias sonrisas. Ver en activo hoy en día a Glenn Hughes es un auténtico regalo para cualquier fan del hard rock clásico. Es una leyenda que se encuentra a nivel vocal de diez junto con un óptimo estado físico que muchos de nosotros quisiéramos llegar a su edad.
Tras lo gratamente vivido anteriormente quedaba revivir la época de la adolescencia con la música de los dos primeros discos de los escoceses Gun, ‘Taking On The World’ de 1989 y ‘Gallius’ de 1992. Los hermanos Dante y Jools Gizzi son los únicos miembros originales que quedan en la actual y reformada banda ya que el que fuera el bajista de la banda, Dante, se ha puesto al micrófono junto con su hermano quién no ha abandonado la guitarra. En esta nueva andadura musical la banda la componen, el guitarra Tommy Gentry, el bajo Andy Carr y el batería Paul McManus.
Durante su directo pudimos revivir las sensaciones que tuvimos hace casi treinta años con los éxitos que eligieron estos escoceses para su paso en el Garage Sound Fest. Comenzaron con ‘She Knows‘, el corte inicial de su último disco ‘Favourite Pleasures‘. Para proseguir con sus grandes clásicos repartidos en sus dos obras cumbres anteriormente citadas, como lo fueron la memorable ‘Better Days‘, su gran éxito comercial ‘Word Up!‘, la tremenda ‘Welcome To The Real World‘, junto con la coreada ‘Taking On The World‘ para finalizar con el póker de ases, ‘Reach Out for Love‘ ‘Inside Out‘, ‘Still Your Fire‘, y como colofón final ‘Shame On You‘ y en donde Dante nos recordaba que estuvieron en Madrid telonando a los mismísimos The Rolling Stones, quizás su mayor logro musical.
Con los necesarios apuntes y una infinad de fotografías tomadas durante los dos días, nos dispusimos a abandonar el recinto con la clara satisfacción de haber sido uno de los testigos de esta segunda edición del Garage Sound Fest 2018. Cerrando el festival estuvieron Imperial State Electric. La gran banda comandada por el incombustible Nicke Andersson y que al final no pudimos presenciar su concierto debido al cansancio que reinaba en el cuerpo y que al día siguiente tendríamos el correspondiente viaje de vuelta a casa. En esta ocasión lo vivido durante el festival se mantendrá en nuestras mentes por un largo tiempo y para recordarlo de vez en cuando, aquí os dejamos la correspondiente crónica sobre lo acontecido en el Garage Sound Fest.
Por último, agradecer enormemente a los organizadores y sobre todo al equipo de prensa por todas las facilidades ofrecidas durante la celebración de esta segunda edición de este joven festival que reunía en un mismo recinto, lo mejor del hard rock internacional junto con una pequeña representación nacional y el apasionado mundo del motor. ¡¡Mil gracias!!