Grandes pifias de la historia del metal I: Metallica y su «St. Anger»

Supongo que alguno se habrá preguntado si siempre iba a hablar bien de los discos que reseñara y si nunca iba a poner a alguno a caer de un burro. Evidentemente, uno siempre tiende a hablar de lo que le ha molado y evitar recordar aquello que ha resultado una penuria. Pero también hay que dar algo de estopa, y con esta entrada inicio una nueva serie del blog: Grandes Pifias de la Historia.
Y qué mejor y más grande pifia para inaugurar sección que el St. Anger de Metallica. Tras publicar el ReLoad, pasaron seis años en los que publicaron recopilatorios de versiones hechas en los 80, discos con orquestas y singles para películas de por medio hasta que Metallica se volvían a juntar para entrar al estudio.

La grabación del disco y todos sus avatares están recogidos en el documental Some Kind of Monster, seguramente lo mejor que ha podido dejar la grabación del disco. Resumiendo para los despistados, durante la grabación se quedaron sin bajista, se tiraron casi dos años en un estudio casero sin hacer nada de provecho, Hetfield se fue a rehabilitarse del alcoholismo y Lars Ulrich se dedicó a vender cuadros en subastas y demostrar que es gilipollas. Vamos, que música la justa y necesaria.
Encima en aquellos años estaba en pleno auge el nu-metal: Slipknot, Korn, Linkin Park, System of a Down y similares pegaban fuerte en los USA y los grupos de metal tradicional estaban en plena crisis. El caldo de cultivo perfecto para una tormenta de dimensiones siderales.
Vaya por delante que a mí no me importa que los grupos musicales prueben cosas nuevas. Al fin y al cabo, ellos mismos tienen que ser los primeros convencidos con los discos que sacan para defenderlos en directo. Claro que, es muy peligroso porque si la cosa no sale bien se tienen que preparar para recibir hostias hasta en la partida de nacimiento. Sin ir más lejos, el cambio del And Justice For All al Black Album es un buen ejemplo de experimentación (o evolución) sin perder un ápice de calidad. Te puede gustar más o menos, pero el Black Album es un disco que atruena y no tiene nada que ver con el Kill Em All.
Pero el St. Anger… es cosa muy distinta. Se vendió como una vuelta de Metallica a la caña, con portada de Pushead (el artista que hizo la del And Justice…), logo más agresivo (una puta mierd… comparado con el clásico)… pero no cuela.
Supongo que influenciados por los grupos de nu-metal, o pretendiendo una vuelta al metal más agresivo, el sonido de guitarras se endurece y, junto con el bajo, monta un verdadero muro de sonido, que de hecho en la mezcla casi se come las voces. Pero lo más jodido, lo verdaderamente sorprendente en una banda del caché y medios como Metallica es esa batería. Se ve que después de subastar obras de arte y sacar un pastizal, al Sr. Ulrich no le quedaron unos dólares para comprar parches nuevos para la caja y tuvo que usar una lata de anchoas. O un cubo de pintura. O yo que sé, pero suena totalmente fuera de sitio, aguda, penetrante, y tan alta que absorbe toda la atención del oyente haciéndole pensar ¿qué ostias?. Si encima hubiera habido un cambio de productor, pero el que estaba a los mandos es el mismo señor que produjo el Black Album, toda una delicia. Misterios insondables de la vida.
Pero en fin, un mal sonido con buenas canciones siempre es más llevadero. Pues bien, yo no he podido acabar el disco. Lo siento. Ninguna canción baja de los 5 minutos, y muchas de hecho duran entre 7 y 8 minutos, que no tiene por qué ser malo si no fuera porque son horriblemente repetitivas y machaconas. El mismo riff una y otra vez, con ese soniquete de lata de anchoas, hace que la escucha del disco se haga larga y pesada. Se pueden salvar como mucho el tema título y Frantic, y justo-justo. El resto de canciones pasan desapercibidas, ya que no hay una puta melodía o solo que las hagan distinguibles entre sí. Parece que ser que fue totalmente intencionado, no sé si por intentar parecerse a Slipknot y similares, no sé si por no confiar en Kirk Hammett o porque éste se había quedado sin solos de Dave Mustaine que fusilar. Terrible, vamos.
Encima de bonus viene un DVD en el que Metallica tocan el disco entero en directo en el local de ensayo. Sigue siendo la misma mierda, pero al menos Lars pudo sacar algo de dinero para la batería y por fin suena un poco decente.
En fin, un desastre en toda regla que no se sabe por donde coger y que tiene su reflejo en que en directo prácticamente nunca tocan nada de este álbum. Ellos mismos saben que fue una cagada y no hay mejor prueba que esa…

Sobre el Autor

Mikel Fernandez
Responsable del blog metalero Surimi World y colaborador en la web Made in Metal, al igual que, por supuesto, nuestro ORPHEO.
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