Emily Saliers y Amy Ray nos han hecho esperar demasiado desde su anterior y chulo disco. 5 años son muchos sin sus estupendas y muy personales canciones. Pero la verdad es que han logrado un disco redondo y nada acomodaticio. No llega a la altura de Come On Now Social”, pero sí estará entre lo mejor que han hecho nunca.
Vuelven a la gran producción de John Reynolds que también se encarga de la batería y de algunas sutiles y nada innecesarias programaciones. Pero en el centro de todo siguen estando sus brillantes composiciones de folk-rock con destellos country en algunos momentos y acercándose al pop o al rock en otros. El apartado de letras vuelve a ser de lo más destacado y por eso en “Look Long” (Rounder / Distrijazz) tenemos las letras impresas en el libreto interior. Además en los agradecimientos aparecen grandes artistas como Ani DiFranco, Bon Iver o The War And Treaty, a cuyos seguidores gustará este nuevo disco de las Indigo Girls. Lo mismo se atreven a defender los derechos de los gays que a clamar en contra de la cultura armamentística y de la violencia, en general, que asola su país. Además en las 11 canciones les acompaña un equipo de músicos y cantantes que supera la decena y que lleva nombres tan ilustres como los del guitarrista Justin Adams, La bajista Clare Kenny o la teclista Carol Isaacs. Entre las buenas voces acompañantes, para ayudar a las suyas y mágicas propias, destaca el nombre de Lucy Wainwright Roche, aunque tenemos algunas otras chicas más.
Trabajo vocal que comienza ya brillando en ‘Shit Kickin’’. Buenas guitarras y la mejor la slide de Emily. El tema titular es un precioso lento que le encantaría a Emmylou Harris. Amy y Emily se pasan a la mandolina y al banjo, respectivamente, en la alegre ‘Howl At The Moon’. Sorprendentes violines en un tema de latidos rock como ‘Change My Heart’. ‘Country Radio’ trae una de las mejores historias de todas las canciones firmadas por las chicas. La dura vida de ese chico gay en una pequeña ciudad. Apacible melodía y perfecto ensamblaje vocal, con la ayuda de Wainwright, pero también gran riqueza instrumental. Final por todo lo alto con la hermosísima melodía y el sublime piano de Carol. Preciosa cuando cantan a dúo y también brillando cuando lo hacen por separado y nos recuerdan más a la gran Joni Mitchell. Además un gran estribillo que redondea un perfecto single como despedida de un destacado trabajo que va desvelando detalles en sucesivas y agradecidas escuchas.