¡Qué guapa noticia la del regreso del simpático Jason Ringenberg para presentarnos su “Rhinestoned” (FOLC Records)! Está considerado ya como uno de sus mejores trabajos en solitario y la edición en vinilo con carpeta doble de Folc es una chulada total. Lo tendremos el 27 de mayo en el Helldorado de Gasteiz. Yo le vengo siguiendo desde sus gloriosos tiempos en Jason & The Schorchers. Ellos fueron junto a Supersuckers. Rank & File, Social Distortion y algún otro los precursores del bien llamado cow-punk, porque tenía bastante de ambas cosas. En “Rhinestoned” tenemos toda su actual paleta de sonidos. Muchos aires country tanto en las canciones más eléctricas como en las más reposadas; letras alejadas del country standard ya que se mete en temas sociales y hasta en algunas viejas leyendas de nativos americanos y hasta el detalle de añadir algunas versiones de clásicos hechas con mimo. Es el caso del tema de la Carter Family, ‘The Storms Are On The Ocean’, una delicia con precioso violín y acordeón de Fats Kaplin y el gran dueto vocal de una Kristi Rose que aporta buenas armonías vocales en otros temas. Me maravilla el precioso góspel ‘Christ The Lord Is Risen Today’, con deliciosas armonías vocales que incluyen hasta a Addie Ringenberg. Además George Bradfute toca hasta 3 guitarras diferentes y el bajo. Un Bradfute esencial que se encarga de la buena producción. Destaca notablemente entre los músicos integrantes el citado Fats Kaplin, que tiene otros momentos realmente brillantes con la emotiva pedal steel guitar. Siempre me ha encantado el ‘You Win Again’ de Hank Williams, que aquí Jason hace con amor y pasión, gozándola con su brutal armónica. Además recupera a unos más minoritarios, pero muy recomendables, The Ozark Mountain Daredevils, y su ‘Time Warp’.
Luego están sus destacados y variados temas propios. Un total de 8 con el impecable arranque con ‘Stoned On Rhinestones’ y su ritmo contagioso junto a unas guitarras y garganta chispeantes con gritos para arengar llenos de felicidad. Sigue con los tonos pausados hermosos de ‘Before Love And War’. Cierra la cara A eléctrico y enrabietado cantando a los indios nativos en ‘I Rode With Crazy Horse’ rodeado de salvajes guitarras y acercándose a los 7 minutos de duración. La cara B no comienza nada mal. De hecho ‘Keep That Promise’ nos trae una muy agradable melodía con una letra cargada de desamor. Se moja con el asunto de la segregación racial en una ‘The Freedom Rides Weren’t Free’, en la que nos cautiva de nuevo esa pedal steel guitar y donde se nota su rabia al cantar en el eléctrico estribillo, algo Neil Young & Crazy Horse. Más recital de las seis cuerdas encontramos en la gran despedida propiciada por ‘Nashville Without Rhinestones’, repartiendo estopa al hablar sobre la decadencia musical, y en el ámbito de las letras, del sonido Nashville actual. ¡Genio y figura al que hay que volver a ir a ver!