La electrónica made in Zetak deslumbra en Getxo

Zetak

Prejuicio. «Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal», dice la RAE. Concepto totalmente estúpido según uno tiene una edad, añadiría yo. Pero… a veces, de tanto en cuando, los prejuicios terminan viendo de nuevo la luz. Craso error.

La última ocasión, en mi caso, fue el pasado sábado. No seré yo ejemplo de cerrazón sonora, como se puede ver en el eclecticismo marca de la casa desde hace dos décadas de Orpheo, pero reconozco que a unas horas de asistir al bolo que Zetak, el proyecto electrónico con retazos pop y folk, liderado por el ex-Vendetta Pello Reparaz, ofrecía esa noche en Muxikebarri, en Getxo, las dudas me asaltaban.

Y lo hacían porque Zetak se ha convertido en todo un fenómeno entre los jóvenes vascos durante el último año. Hablo de jóvenes también muy jóvenes, incluso de 9, 10 años. Y menos. Y ojo, que algunos de ellos han pasado de pedir a sus padres que les pusieran Maluma a que les pinchen Zetak, lo cual ya es motivo de orgullo y satisfacción, que diría el emérito. Pero…

Pero nada. A lo largo del concierto que durante algo más de 90 minutos se cascó Zetak en la sala Arrigunaga del complejo Muxikebarri (con aforo para 769 personas, de las que habría en torno a medio millar de asistentes, gran entrada en el día en que todos los bolos de Bizkaia se medían al gigante Fito), muchas bocas se cerraron. La primera, la mía.

Su electrónica sonó poderosa, bien acoplada a los ambientes más melódicos pero furiosa y bailona cuando debía. Y sabiendo jugar con ornamentos poperos y folk. En formato cuarteto, con gran peso de la percusión, un Theremin que cobró protagonismo durante unos cuantos compases y acompañados de unos juegos de luces espectaculares, Pello y sus compañeros de proyecto conquistaron a una audiencia de distintas generaciones: niños (muchos niños), también (muchos) adolescentes y jóvenes y un buen número de padres que, algunos como yo, habían acudido con esos ciertos y malditos prejuicios que se perdieron ya en los primeros compases del espectáculo.

Zetak

Adultos de querencias poperas, rockeras y metaleras que en un plisplás se dejaron llevar por unos ritmos ora intensos, ora más pausados, pero siempre estimulantes, Como da fe que el suelo no dejara de vibrar a lo largo y ancho del show,

Un concierto en el que hubo espacio para todos los temas que han aupado a Zetak a lo más alto del panorama vasco y euskaldun, en su faceta de electrónica para todos los públicos. Un para todos los públicos que debe verse, y entenderse, como algo grande, y no malo. Al contrario.

La maravillosa ‘Zeinen Ederra Izango Den’, la hipnótica ‘Errepidean’, una ‘Hegan’ que podría salir de la escuela de los Coldplay más electrónicos, ‘Oques Grasses – Hitzeman’, con reminiscencias tribales, esa joyita para ser coreada que es ‘Itzulera’, una acelerada ‘Zer Geratuko da azkenean’, o la luminosa ‘Akelarretan’, con espacio para su faceta trombonista, fueron algunos de los cortes de un concierto en el que Pello dominó a la perfección el lenguaje con el público y la banda sonó conjuntada y excelsa.

Seguramente, lo más grande que le puede pasar a un artista, a un grupo, o a un proyecto musical es ir ganando adeptos a su causa sonora con cada single, disco y concierto. Y damos fe que tras su paso por Getxo, Zetak ha sumado unos cuantos. Entre ellos, el de este humilde plumillas. Zorionak, gente.

Sobre el Autor

Carlos Molina
Coordinador de las webs ORPHEO y RockinBilbo, fiel melómano, y amante del séptimo arte (y el noveno, esto es, el comiquero). Durante 12 años fue responsable del fanzine ORPHEO, antesala de esta web, del que editó medio centenar de números, junto a especiales varios dedicados a Héroes del Silencio, Bunbury y U2.
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