Texto: Txema Mañeru.
No creo que ya nadie tuviera ninguna duda. Pero si aún fuera así este quinto disco de Lana Del Rey demuestra que estamos ante una de las artistas más importantes del nuevo milenio. Un trabajo tan redondo como “Norman Fucking Rockwell!” (Interscope / Polydor / Unversal) encabezará muchísimas listas con lo mejor del año y ocupará puestos de honor en casi todas. Adiós al mainstream más facilón, al hip-hop y a los arreglos excesivos. Muy bien ayudada por la producción orgánica, los instrumentos y las colaboraciones en las composiciones de Jack Antonoff, crea su disco más personal, a medio camino entre las más épicas torch songs y los más emblemáticos crooners.
Casi 70 minutos 14 temas con ecos a clásicos (como ella) repartidos por nombres tan dispares como Nick Cave, Lorde, Leonard Cohen, PJ Harvey, Scott Walker, Joni Mitchell, Frank Sinatra o Kristin Hersh. Mágico comienzo con el piano de Antonoff, y leves arreglos de cuerdas, en ‘Norman Fucking Rockwell’. Una torch songo con todas las de la ley y cargada de emoción. Solemne como el Nick Cave de sus dos últimos discos en ‘Mariners Apartment Complex’. Deliciosa melodía en ‘Fuck It I Love You’ en la que se acerca hasta Portishead o The xx. Buena versión del ‘Summertime’ dentro de ‘Doin’ Time’. Preciosidad íntima con voces dobladas en ‘Love Mong’. Con chulería en el sublime lento titulado ‘The Next Best American Record’. Otra preciosidad lenta con una guitarra realmente genial en ‘The Greatest’. El final tan bueno o mejor que el arranque. Sólo el piano de Antonoff y la prodigiosa voz de Lana con un título que habla por sí solo. ‘Hope Is A Dangerous Thing For A Woman Like Me To Have – But I Have It’. ¡Cómo para no tener fe en sí misma o nosotros en ella tras este hermoso, sincere y emocionante disco!