Miqui Puig & ACP: “15 Canciones de Amor, Barro y Motocicletas” (El Segell del Primavera / Universal)

Texto: Txema Mañeru.

¡No seré yo quien contradiga a aquellos que afirman que este es el disco más completo de la extensa trayectoria de Miqui! Un poliédrico disco de pop que no tiene miedo a la hora de elegir recovecos arriesgados ni tampoco a la hora de contar historias con temáticas muy variadas y siempre, sin pelos en la lengua. 15 canciones que define con maestría el propio Miqui. “Solo permitiéndonos rebuscar entre mis discos pequeñas muestras prestadas que salpican la idea esta de que no tengas pausa entre canciones. Y han venido todos: los ángeles heridos por metralla, los viejos ravers, los pilotos con pericia, los hombres solos, más miedos, los alumnos aventajados, los raros y yo. He hablado de la herencia de mi padre, de lo que nos queda en gestos y maneras. Queríamos que fuera como una mixtape y nos quedó una cinta de esas que grabas a los que más quieres”.

Sus canciones siguen siendo básicamente pop. Pero dentro de ese estilo no tiene ningún tipo de limitaciones. Así se acerca a los ritmos latinos en ‘Graduado’ y añade leves toques brasileños en ‘Chill Out’. Puro pop contagioso en un goloso ‘Plum Cake’ con su hermosa melodía y cuidados y originales arreglos. Además toques funk, afrancesados e incluso disco en otros momentos de estas variadas y divertidas 15 canciones. Hasta hay una buena cita de Serge Gainsbourg en la cuidada presentación del disco. La portada de “15 Canciones de Amor, Barro y Motocicletas” (El Segell / Universal) es también una gozada que parece levemente inspirada en el “Wish You Were Here” de los Pink Floyd. En las letras también cuenta como muchas cartas ganadoras. Es el caso de ‘Tinta’ con su agudeza política y también con su pegadizo estribillo y una melodía que remite al gran Franco Battiato, algo, esto último, que también se puede apreciar en ‘Hunos’. También da cera de lo lindo en la eufórica y contagiosa ‘Raros’. Una crítica a nuestra sociedad en la que nos podemos sentir muchos identificados. Aires techno en ‘Regolarità’ y otra tierna melodía para acabar en ‘Doulton’ que e embelesa. Letra triste con buenas voces y marcadas pero atractivas cajas de ritmo. ¡Un tipo elegante y simpar!

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