On the Record: Kike Orduña (Gatomojado)

Texto: Carlos Molina.

Casi una veintena de bolos se van a meter la gente de Gatomojado entre primeros de este año y mediados de mayo. Pero entre concierto y concierto Kike Orduña, guitarra y voz, ha tenido a bien atender la solicitud de esta web para conocer de primera mano pasiones y filias musicales dentro de nuestra sección On the Road.

¿Cuál fue la primera canción o disco que te enganchó?

`’Me Pica un Huevo’ del álbum ¿Cuándo se come aquí? de Siniestro Total, 1982.

¿Y las primeras bandas o artistas de quienes te hiciste ferviente seguidor?

Leño, La Polla Records, Los Chunguitos, Jimmy Hendrix, Deep Purple…

¿El primer álbum que te compraste?

El de Eskorbuto, «Impuesto revolucionario».

¿Y el primer concierto al que acudiste? ¿Qué es lo que más recuerdas de él?

Los Mojinos Escozios en las fiestas de las Vistillas, Madrid. Recuerdo que yo también quería hacer el gilipollas en un escenario como el Sevilla, con mucho descaro y aspecto vacilón

Idem con el primer bolo que realizaste… ¿dónde fue y con qué edad?

Con 17 años en una Okupa de Madrid… Yo tocaba el bajo y hacia el gilipollas sobre un escenario como tantas veces en el parque habíamos querido hacer con los colegas. No sabíamos acabar casi ninguna canción pero estábamos a tope.

Concierto más especial que has ofrecido hasta ahora…

En la gira del anterior disco, «La moral del perdedor´´, tocamos en la Sala Revólver (Murcia) con el genial guitarrista Santiago Campillo. Compartir escenario con él e improvisar unos bluses arrabaleros con la sala a rebosar de un público entregado ha sido de las mejores experiencias musicales que he tenido nunca, sin duda.

Lo mismo con disco y/o canción, si es que puedes elegir…

`’Karmela´’, de nuestro último disco, «Espinas».

Alguna anécdota que te venga ahora mismo a la cabeza vivida durante algún bolo…

Salir de Madrid, accidente en carretera, palmar pasta tocando en una sala en Cádiz que se vacía de personal según comienza el bolo, impedir que un borracho okupe la furgoneta, pasar unas horas en la «pensión Loli´» que inspiró a Stephen King algún relato de terror y muerte y volver al barrio sin dinero, con el cuello roto, la furgo reventada y la sensación de haber hecho el cafre… ¡Puro Blues!

 Como espectador, ¿con qué concierto has disfrutado más?

Con el de Daddy long legs (jodida frescura mezclando blues rock y punk en un show frenético y visceral), en la sala Wurlitzer de Madrid.

 ¿Cuál o cuáles serían los discos que más has escuchado hasta el momento?

Deep Purple – Live in Japan.

Leño – Leño.

Rory Gallagher – Tattoo.

Freddie King – Texas Oil.

Howlin Wolf – Smokestack lightnin.

Camarón – La leyenda del tiempo.

Pata negra – El blues de la frontera.

Una canción para venirte arriba…

‘Superstition’, de Stevie Wonder.

Una canción que siempre te lleve a la melancolía…

‘I´m so lonesome i could cry’, Hank Williams

Fuera de discos y canciones, ¿qué lectura de temática musical recomendarías?

«Una chica sin suerte» (Noemí Sabugal).

Cualquier cosa que quieras añadir…

Habría que darle una oportunidad a las bandas emergentes para que los propietarios de las salas de conciertos y las grandes promotoras no se comporten como tiburones con los músicos.

Habría que seguir confiando en el rock and roll y acudir a los conciertos, aunque no tengan un nombre en Mayúsculas que lo hagan célebre o importante.

Habría que confiar más en el saber hacer y la ilusión de las bandas que se cuelan a codazos en escenas musicales ignoradas y desamparadas por los medios y el «gran público´´.

Habría que dejar eso de Netflix y pedir comida basura a domicilio a un lado y bailar hasta morir en los conciertos.

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