El quinto álbum de los alemanes Vargsheim, In the Tower of Ivory (Crawling Chaos Records) es también el primero que no graban en su lengua materna. Más allá de eso, se trata de un disco de black metal crudo, hecho al que ayuda el estar grabado en directo en el local para ser posteriormente masterizado en un estudio. Un disco de temas rápidos combinados con partes más pegadizas que se deja escuchar.
Los holandeses Xeno son gente que se toma las cosas con calma, habiendo publicado solo dos discos desde su fundación en 2011. Ahora se presentan con Reconstruction (Art Gates Records), un EP que reúne los tres singles que han publicado a lo largo del pasado 2022. Tres temas de death metal progresivo, muy variado y alocado, siendo el primero, Columns, el más enrevesado, un tema donde pasan muchas cosas distintas. Los otros dos, Pillars y Gift, son menos aventurados, sin renunciar a la mezcla entre la parte técnica y progresiva y la contundencia del death metal. Habrá que seguirles.
La dosis de metalcore la proveen los fineses Lost Society y su quinto trabajo, If the Sky Came Down (Nuclear Blast). La producción es limpia, nítida y potente, pero esto es lo más genérico, insulso y poco inspirado que me he echado a la cara en bastante tiempo. Tiran de todos los tópicos del género, con lo que son capaces de escribir algún estribillo pegadizo y tienen dos o tres riffs interesantes por ahí repartidos, pero esto no es lo mío.
El trío europeo White Mare se presenta en sociedad con Isle of Bliss (Negre PlanY), un disco de doom metal de la vieja escuela, como hace mucho que no escuchaba. Música lenta y pesada, con riffs eternos sobre los que se construyen melodías nostálgicas y oscuras, coronadas por la voz gutural y cavernosa. Con una producción con un punto sucio y oscuro, es un disco que te traslada a la primera mitad de los 90, al más puro doom metal.
Aeveris es una banda belga formada apenas en 2021 y que debuta con White Elephant (Autoeditado). Han publicado un disco de metal moderno en el que se mezclan riffs potentes con estribillos melódicos, pegadizos y accesibles con un juego de voz limpia y agresiva muy bien hilado. No obstante, a mí es un tipo de música que no me termina de gustar, y si bien White Elephant es un buen disco, yo no termino de disfrutarlo.
Treinta y cinco llevan Su Ta Gar en activo, y por ellos no parece que pase el tiempo. Alarma (Jo Ta Ke Ekoizpenak) es su último trabajo, un disco en el que, sin renunciar a su sonido clásico, han introducido elementos más modernos que les acercan a bandas más jóvenes. Con un sonido espléndido, limpio y nítido, en el que se pueden apreciar todos los arreglos de guitarra y las líneas de bajo, con un sonido de batería natural y una mezcla perfectamente equilibrada, destacan temas como el inicial Alarma Egoera, Horixe Naiz, Eskertza o Infinitoan. Una gozada de disco que demuestra que a Su Ta Gar todavía les queda cuerda.