Texto: Mikel Fernández (SurimiWorld).
Descubrí a Sarah Longfield a través del canal de Youtube de Rob Scallion, donde ambos protagonizaban un par de vídeos con sendas versiones de Slayer y Cannibal Corpse tocadas con ukeleles. Ni que decir tiene que, además de tocar ambos de lujo, Sarah era la encargada de las voces, tirando de repertorio desde guturales a voces más limpias.
Investigando vi que, además de un peculiar sentido del humor, Sarah Longfield era una grandísima guitarrista (además de tocar el piano, el violín, la batería y el chelo). Como decía, ganó notoriedad a través de Youtube, pero indagando un poco detrás tiene una completa discografía. Tiene dos discos publicados con The Fine Constant, banda de metal progresivo instrumental, y otros dos EP’s y dos álbumes (siendo este Disparity el segundo) bajo su propio nombre.
Grabado, producido e íntegramente tocado por la propia Sarah en su propio estudio, estamos ante un trabajo muy personal. Aúna todo tipo de influencias, desde electrónicas a post-rock e incluso algún amago de djent. Todo ello en 26 minutos prácticamente instrumentales, salvo por un par de temas. Aquí el protagonismo recae casi íntegramente en la guitarra, que va creando las distintas melodías y atmósferas que se pueden escuchar en los temas.
Ya desde la Intro se puede apreciar el tono por el que va a transcurrir el disco. Embracing Solace es uno de los pocos temas cantados, con una voz angelical y una suave percusión, senda que siguen otros temas como Departure (con más inflencia electrónica), o Citrine. En cambio temas como Cataclysm, Sun o The Fall tienen un aire más metalero, por el sonido de las guitarras, más fuerte, y la introducción de una batería metal.
Música tranquila pero que esconde un elevado nivel de virtuosismo y, sobre todo, de composición. Temas atmosféricos, melódicos y que no suponen un aburrido ejercicio de corremástiles, sino que ponen la técnica y la calidad al servicio de la canción.