‘Sorry for you’, tercer adelanto del nuevo disco de Sarah McCoy

Sarah McCoy
Potrait of Sarah Mccoy

La artista norteamericana Sarah McCoy (foto: Anoush Abrar), una de las figuras más extravagantes de la música contemporánea, descubierta en París por el afamado pianista Chilly Gonzales, publicará el 27 de enero HIGH PRIESTESS, su segundo álbum.

Un trabajo producido por el propio Chilly Gonzales y por el veterano productor Renaud Letang (Feist, Keren Ann, Charlotte Gainsbourg…) en el que expande sus fronteras estilísticas más allá del blues.

‘SORRY FOR YOU’ es su tercer adelanto, donde un piano oscuro, profundos y burbujeantes bajos, sintetizadores, texturas post-apocalípticas y, por supuesto, su voz, desafían las supuestas certezas de la realidad.

Tras haber masterizado por completo en solitario de su primer álbum BLOOD SIREN (2019), Sarah ha evolucionado hacia sonidos modernos, electrónicos e incluso futuristas que descubrirá todo un nuevo público, pero manteniendo esa convicción visceral a la hora de escribir canciones que nos trae directamente desde Nueva Orleans y que le valió una adopción instantánea en la escena europea del jazz/blues.

WEAPONIZE ME‘ y ‘GO BLIND‘ fueron los primeros singles del nuevo disco, y llega ahora ‘SORRY FOR YOU‘, el tercer single.

SORRY FOR YOU‘ no se disculpa por nada. Con un mordisco de cinismo a un ritmo de trap ácido y bajo dubstep, sirve de declaración hacia la experiencia de una mujer en el mundo moderno de las relaciones sentimentales, enturbiado por unos estándares sociales y de belleza perfeccionistas. La melodía recuerda a la canción Happy Birthday, como si la cantaran en una fiesta de cumpleaños arruinada. No nos equivoquemos, esta canción no es una disculpa, sino una expresión de lástima hacia la cultura narcisista.

Sarah McCoy no se le queda pegado por mucho tiempo ningún género. En sus propias palabras: “No estoy segura de que alguien pueda definir el género de HIGH PRIESTESS, pero es sorprendentemente cálido y acogedor por la intensidad de la música. Se trata de la atmósfera en la que nacieron y crecieron sus canciones. New Orleans es una anomalía muy específica en los Estados Unidos, y fue ahí donde alimenté la sombría música de Blood Siren, como en un bar embrujado en el fondo del mar e iluminada como con la cabeza en las nubes. Con éste nuevo álbum, los pies están al suelo. Cuando canto HIGH PRIESTESS estoy abordando algo muy distinto. Es una disección de mi relación personal conmigo misma”.

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