Texto: Txema Mañeru.
Nadie tenía ninguna duda de que Neal Morse es uno de los mejores cantantes y guitarristas de todo el rock progresivo que se ha hecho en los últimos 30 años. Su trabajo al frente de Spock’s Beard o con el súper-grupo Transatlantic le consolidó también como curtido multi-instrumentista, con destacado trabajo también con los teclados. Pero es que en los últimos años se ha consolidado también como genial compositor al frente de unos espectaculares The Neal Morse Band. Otra superbanda en la que le acompañan Mike Portnoy a la batería, Bill Hubauer con los teclados, Eric Gillette en las guitarras y Randy George al bajo. Además todos ellos le ayudan en un gran trabajo vocal conjunto.
Ya nos hicimos eco de su anterior doble disco en el blog de Orpheo. Y es que “The Similitude Of A Dream” (Radiant Records / Metal Blade / Top Artist Promotion) fue un sueño hecho realidad. Un triple vinilo y doble compacto por encima de los 100 minutos y de corte conceptual basado solo en una pequeña parte del libro “The Pilgrim’s Process’ de John Bunyan. Ya entonces tuvimos que citar a bandas clásicas como Genesis, King Crimson, Dream Theater, Yes o Magma para referirnos a los magníficos y muy variados logros conseguidos.
Ahora en “The Great Adventure” continua esta gran aventura con la particularidad de que en esta ocasión han dedicado un tiempo mucho mayor a la creación de las canciones. Otra vez superan los 100 minutos de duración pero es que además la labor de criba de canciones ha sido mucho mayor y más exigente. Eso se nota en los riquísimos y, de nuevo, variados y amenos resultados. Está estructurado en 5 extensos capítulos que comienzan de manera brillante con una ‘Overture’ y un ‘The Dream Isn’t Over’ que superan los 12 minutos. Arranque relajado, gran cabalgada instrumental marca de la casa y sonoridades épicas y orquestales maravillosas. Su voz vuelve a recordarnos en muchas ocasiones a la de Peter Gabriel al frente de Genesis. Nos sucede sobre todo en momentos íntimos con cuerdas y piano como ‘A Momentary Change’, ‘Freedom Calling’, casi al final del trabajo, o en ese cierre del primer compacto y del tercer capítulo titulado ‘Beyond The Borders’. Tenemos también punteos vertiginosos cercanos al metal progresivo en ‘I Got To Run’. Con un órgano celestial y buenos punteos también ‘To The River’ vuelve a traernos a la mente a los Genesis más épicos. Grandes cuerdas y más punteos prog-metal en el arranque del segundo compacto en la ‘Overture 2’ y las dos guitarras se pelean también a gusto en una ‘Fighting For Destiny’ que tiene también un órgano muy al estilo del de John Lord en los mejores años de Deep Purple. No faltan algunos buenos estribillos y temas casi pop como un ‘Vanity Fair’ ideal si quisieran extraer algún single. Los punteos de ‘The Great Despair’ son puro David Gilmour en los años dorados de los Floyd. Además todos los formatos vuelven a contar con una excelente presentación y unos cuidados libretos con buenas ilustraciones y con las trabajadas letras de la nueva obra conceptual. Einal a dos voces y piano en la solemne ‘A Love That Never Dies’ hace que nunca muera mi amor por The Neal Morse Band. ¡Si te gusta el progresivo y los escuchas te garantizo que te sucederá lo mismo!