Texto: Txema Mañeru.
The Wild Feathers vuelven a calzarse sus sombreros de cowboy para un gozoso “Greetings From The Neon Frontier” (Reprise / Warner Music). Lo hacen con semblante serio en la portada, pero con francas carcajadas en la más animada foto de contraportada. Será por la satisfacción del trabajo bien hecho. Cuando debutaron hace 5 años con un fantástico disco homónimo se habló de una de las revelaciones del sonido americana y rock de raíces de aquel año.
Tuvieron gran éxito comercial y mejor acogida crítica aún. Luego, hace 2 años, pagaron factura con lo del “difícil” segundo disco. La verdad es que, salvo algunos momentos y temas aislados, “Lonely Is A Lifetime” resultó ser un disco bastante fallido. Su intento de “modernizar” su rural y campestre sonido no dejó contento a casi nadie. Aprendieron la lección y con “Greetings From The Neon Frontier” los de Nashville han vuelto a clavarla. Las voces de Young, Burns y King vuelven a mecernos. Esto, junto a sus variadas composiciones que van del country al folk-rock pasando por buenos ramalazos de rock sureño, hacen de este trabajo uno de los mejores del presente año en su género. También ayuda mucho la fantástica y espaciosa producción de un Jay Joice que ha trabajado también con Eric Church, The Derek Trucks Band, Ray Wylie Hubbard, Gillian Welch y hasta con una de las mejores formaciones de rock duro de esta década, Halestorm. Además de dicha producción también esta brillante con sus aportaciones a los teclados. Otra presencia fundamental en este nuevo disco es la de Brett Moore con sus guitarras y, sobre todo, con una genial pedal steel guitar en varios temas.
El inicio del nuevo trabajo es una genialidad absoluta. ‘Quittin’ Time’ tiene una melodía y una fuerza vocal y en las guitarras dignas del mejor Tom Petty & The Heartbreakers. En ‘Wildfire’ a brilla esa citada pedal steel y suenan más campestres con unas voces que son puro Eagles de los años 70. Se desatan con las eléctricas en una ‘Stand By You’ que se pierde por magníficos recodos de rock sureño. Desatados, pero también con un magnífico y pegadizo estribillo que lo han convertido en un exitoso single. Cierran la cara A con los tonos folk de una hermosa y romántica ‘Two Broken Hearts’. Aquí el brillo es para el violín de Rachel Moore, aunque también tienen su punto la pedal steel y el órgano de Joyce.
Ya en la cara B deslumbra otro single como ‘Big Sky’ en el que nos cantan a “wide open spaces” y en las que sus voces empastadas y dobladas recuerdan a os mismísimos Crosby, Stills & Nash. Continúan con la preciosa melodía de ‘Hold Onto Love’ que evoca un atardecer de cielos rojizos. Sorprenden los leves ecos surf en las voces y la melodía de ‘Every Morning I Quit Drinkin’’. El tratamiento más actual al tema final, ‘Daybreaker (Into The Great Unknown)’, suena mucho mejor que la mayoría de temas de su fallido disco anterior. ¡Gran regreso a la buena senda para un disco y una banda que conviene tener muy cerca!