Al calor de la taberna y del teatro. El capitán Contreras y Lope, juntos en ‘Espada y Pluma’

Texto: Andrés Mendiri.

‘Espada y pluma’ es uno de los últimos lanzamientos de la Historia de España en viñetas, que publica Cascaborra Ediciones. Esta colección, que va por 73 entregas, lleva al mundo del cómic episodios destacados: el cerco de Numancia, la conquista de América, la toma de Granada, los Comuneros, Trafalgar, la guerra de la Independencia, la guerra de Cuba, el Rif o el vuelo del Plus Ultra, entre otros. También personajes como Viriato, el Cid, Elcano, María Pita o Isaac Peral.

‘Espada y pluma’ es el título 71 de la serie. Este cómic histórico es obra de El Torres, encargado de la parte literaria, y Jorge Esteban Urabayen, autor de los magníficos dibujos -con vistas cenitales, panorámicas y primeros planos de rostros elocuentes… el color negro de la noche, el rojo de la sangre y el ocre de unas calles de Madrid apenas iluminadas por las teas, el ambiente cargado de las tabernas y el dinamismo de las batallas y lances- y narra el encuentro entre dos figuras dispares: el capitán Don Alonso de Guzmán Contreras y el escritor Lope de Vega. El hombre de acción y el poeta.

La historia comienza con la llegada del soldado a la casa del autor de comedias. Allí le recibe una sentencia en latín inscrita en el dintel. Parva propria magna. Magna aliena parva. Es decir: algo que es de uno, aunque sea pequeño, es grande. Mientras que lo que no te pertenece, por muy grande que sea, poca cosa es.

Antes, en el prefacio hemos podido leer dos sonetos elogiosos, cariñosos e igualmente satíricos del editor dedicados a los autores. Y hemos asistido a la presentación teatral, a cargo de una actriz, de la historia y su contexto: el Madrid de 1625. Por situarnos, veinte años atrás, en 1605, se había publicado la primera parte del Quijote.

1625 es el Barroco del Siglo de Oro español. Una época de decadencia y picaresca, en que las diferencias se resolvían a estocadas, el pueblo llano y la corte se divertían juntos, aunque no revueltos, en los corrales de comedias y escritores que han pasado a la posteridad como Cervantes, Lope, Góngora y Quevedo convivían en el mismo barrio.

La estancia del capitán Contreras en casa de Lope, que se prolongó durante ocho meses, permite rescatar versos del prolífico autor de comedias, capaz de “más de ciento en horas veinticuatro pasar de las musas al teatro”. Y contar la atribulada vida del capitán Contreras, marcada por los peligros, los viajes, la vida disoluta, el retiro de ermitaño y el desengaño amoroso.

Entre trago y trago de vino de San Martín en una de las animadas tabernas del bullicioso Madrid, Lope escucha atento las mil y una vicisitudes por las que ha pasado el capitán Contreras, que se las ha visto con enemigos de todo pelaje, turcos y franceses incluidos, pero también con fulleros, prostitutas, mandos indignos y parejas desleales.

De Lope nos han quedado sus comedias en verso, que han pasado a la historia. De Contreras, unas memorias, bajo el título ‘Discurso de mi vida’, que inspiran las aventuras del cómic, según explica El Torres en el epílogo.

Como se espera de un tebeo protagonizado por Lope de Vega y ambientado en el Siglo de Oro español, el teatro es clave. Dos de las páginas del tebeo recrean una representación de ‘Fuenteovejuna’, en concreto el monólogo de Laurencia, la joven violada protagonista de la afamada obra.

También el arranque (como hemos citado arriba) y el cierre son un remedo del teatro. Y hay lugar también para recrear el ambiente del Corral de comedias del Príncipe, uno de los espacios más animados del Madrid del siglo XVII, en el que se hacían materia los textos ideados por dramaturgos como el propio Lope.

Otro de los temas que se intercalan en este cómic histórico son las puyas entre poetas. Cervantes, Lope, Quevedo y Góngora alcanzaron las cotas más altas de la literatura en español. A buen seguro que la gran competencia entre ellos contribuyó a la excelencia.

Recuerda este capitán Contreras al Alatriste. Igual que las novelas de Pérez Reverte, el cómic -hecho con maestría literaria y artística por El Torres y Jorge Esteban Urabayen- muestra las miserias y grandezas de una época con el atractivo de la ficción -y todo el potencial visual del que es capaz el cómic- y el rigor que requieren los personajes y hechos históricos.

La pareja antagonista es un pilar de la ficción universal. El Quijote es quizás el mejor ejemplo del juego que pueden dar dos personajes con experiencias y visiones diferentes del mundo. Pero no el único, claro. La novela, el teatro, el cine y el cómic están llenos de ejemplos similares. ‘Espada y pluma’ se incorpora a esta lista de ficciones donde la interacción de personajes contrapuestos ofrece un resultado fascinante.

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