Sin duda, «Toma de Tierra», de Bruno Galindo (editado por Libros del K.O.) es uno de los libros de temática musical del año en nuestro país. Cuan Ziggy Stardust, Galindo realiza un certero y pormenorizado ascenso y caída de la industria musical, en varias de sus aristas. Un recorrido de lo más interesante porque a) él estuvo ahí y b) lo cuenta de forma estupenda. Un lujo, pues, hablar con Bruno (fotos: Carlos Vacas y de este trabajo y otros momentos de su carrera profesional.
Uno de los principales atractivos de «Toma de Tierra» es su carácter transversal, ya que combina el anecdotario, ensayo, diario… ¿fue ese tu objetivo desde un primer momento, o en sus primeros compases, la obra apostaba más por uno u otro formato?
Trabajé sobre ese formato desde el principio, me gustaba esa mezcla. Creo el salto de un registro a otro hace legible el resultado, por lo menos esa es mi apuesta.
¿Cuándo y cómo te da por meterte en este proyecto, y cuánto tiempo les has dedicado a la obra? ¿Contactaste tú con Libros del K.O., o lo hicieron ellos contigo?
Lo empecé hace unos cuatro años, durante un tiempo de vida nómada que me sirvió para poner en orden ciertas ideas sobre aquel presente y también todo aquel pasado. Hablé con mi editor Emilio Mediavilla hará unos tres años en una Feria del Libro en Madrid, le conté lo que tenía entre manos, le interesó y empezamos a trabajarlo juntos.
¿Estás satisfecho de la acogida y críticas que está obteniendo el libro?
Trato de no meterme mucho en lo que se escriba de este u otros libros míos, pero obviamente me alegran los buenos comentarios.
Antes de entrar con el libro en sí, me gustaría aplaudir la edición que ha realizado Libros del K.O, sello que, por cierto, se está dotando de un catálogo bien interesante. ¿Qué es lo que más destacarías de esta editorial?
Es la editorial más importante de libros de periodismo, y este libro forma parte de ese género, al menos en buena parte. Trabajar con ellos es fácil y placentero. Ojalá tenga más proyectos con ellos en el futuro.
Orpheo nació como fanzine hace 20 años, y se me ocurren pocos libros que hayan plasmado tan bien como el tuyo dos décadas que han pintado un panorama musical tan diferente. Y de una forma tan vertiginosa. De hecho, me parece un libro muy disfrutable para los que hemos vivido el lado más ‘opulento’ en cuanto a sellos, publicaciones, medios, tiradas… de la música, y el actual, y para que los más jóvenes melómanos conozcan un tiempo que, seguro, les parecerá fantasioso.
Gracias y felices veinte. “Toma de tierra” sirve el propósito de contar cómo hemos llegado hasta aquí, qué ha pasado en estos años en que tanto ha cambiado el mundo de la música. Parte de la intención del libro es contar una época (o varias) a quienes no las han vivido.
En «Toma de Tierra» hablas de diferentes «estamentos» dentro de la escena musical, si te parece vamos a analizarlos por separado. Comencemos por las discográficas. De entre todas en las que trabajaste, y conociste, ¿de cuál, en su momento o tras el paso de los años, has admirado más su trayectoria y trabajo?
No admiro a las discográficas sino a quienes han trabajado en ellas. En todo caso he tenido suerte de pasar por las que mejor catálogo tenían, porque me ha dado la oportunidad de trabajar con artistas
admirables.
Publicaciones… y secciones. Para un amante del papel como yo, se me hace harto doloroso ver tan pocas cabeceras musicales en el kiosko. Voy a elegir dos de ellas, las veteranas Popular 1 y
Ruta 66, para pedirte tu opinión sobre ambas.
De Popular 1 hay que hablar más, es una de las revistas de rock más longevas del mundo. El trabajo de Bertha Yebra y Martin J.L. primero y de César Martin después tiene un valor extraordinario. Qué decir
de Ruta 66. Ignacio Juliá es uno de los periodistas de rock más importantes del mundo. Dos grandes cabeceras.
Artistas. Son brutales tus pasajes junto a Prince, Bowie, Debbie Harry o un Bono del que me confieso gran fan. Por cierto, que el irlandés clava su visión futura de la música un buen número de años antes. De todos los encuentros que narras en el libro, o fuera de él, con una banda o artista, ¿cuál de ellos crees que pudo marcarte más profesional y personalmente?
Me cuesta decirlo, me doy cuenta de que siempre esquivo esa pregunta. Supongo que la respuesta está en la propia elección de personajes como esos, o John Lee Hooker, Sex Pistols, Elvis Costello, Jarvis Cocker, Miles Davis…
El trabajo de promo no es nada glamuroso cuando te toca un artista… digamos, difícil. Pero no vamos a retrotraernos a malos momentos, sino a los buenos. ¿Con qué bandas y artistas
disfrutaste más acompañándoles de promoción?
Con REM y Debbie Harry.
Apuntas pinceladas también en tu obra de tus propios proyectos de spoken-word. Ahora mismo podemos leerte en El Confidencial, por ejemplo, pero, ¿estás trabajando en algún nuevo proyecto de este tipo?
Sí, es posible que en otoño tenga algún recital. Aún están cerrándose. Me gusta trabajar en escenario de vez en cuando.
Me gustaría preguntarte por el que quizás sea tu proyecto de ese tipo que más ha trascendido en los medios, el del homenaje a Panero junto a Carlos Ann, Bunbury y José María Ponce. ¿Qué
es lo más bonito, y duro, que recuerdas de él?
Lo más bonito, conocer a Leopoldo, con quien tuve cierta amistad y a quien recuerdo con enorme cariño. Lo más duro, ser estigmatizados por grabar ese disco: nos llovieron los palos no ya porque el disco fuera bueno o malo, sino simplemente por haberlo hecho.
Y en el aspecto literario, ¿podemos aventurar un nuevo libro de Bruno Galindo de aquí a los próximos, pongamos, dos o tres años? ¿Por dónde te gustaría que tirara?
Novela.
Para ir terminando, el libro contiene también algunos detalles personales y vitales. ¿Te dio en algún momento algo de pudor «desnudarte» de ese modo, o te resultó más sencillo a priori
podías creer?
Sí. He evitado la primera persona toda la vida, y este libro solo puede escribirse desde ese lugar: primer escollo para la timidez. Por lo demás, sí cuento algunas cosas que son tremendamente personales. Otras han quedado fuera.
Impagable también lo que cuentas de tu estancia junto a Blixa Bargeld. Quería preguntarte en ese sentido si has leído «Europa. Una letanía», su obra editada por Hurtado y Ortega, en la que
da buena muestra de su pasión gastronómica.
No lo he leído, pero sé de la existencia del libro. Blixa no da puntada sin hilo. Y me consta que tiene buen paladar.
No te robo más tiempo, Bruno. Felicidades por el libro, que ya te digo que me ha parecido fantástico. Si quieres añadir algo más…
Gracias por tu interés y a por otros veinte años de Orpheo.