Texto: Txema Mañeru.
Gran sorpresa, y para bien, la del cuarto disco del cuarteto de Pensilvania encabezado por la voz y armónica de Brandon Yeagley. Junto a él también brilla con luz propia en la guitarra y voces, Chris Bishop. Su poderoso hard-rock actual con destellos metálicos tocaba, quizás en demasía, los temas de magia, dragones, espada y brujería. Ahora se centran más en temáticas cercanas a la vida cotidiana y las luchas para salir adelante en ella. Quizás haya tenido que ver con ello su fichaje para el sello Mascot Label Group. También habrá influido la excelente producción de este “Motherbrain” (Mascot / Top Artist) a cargo de Corey Lowery que ha trabajado con Seether o Saint Asonia, entre muchos más.
Este disco les consolida como una de las bandas más importantes de rock y metal de la presente década. Superan con creces lo entregado hace 3 años en “Welcome To Fat City” y en esta trayectoria les habrá ayudado mucho el tocar con bandas que admiran como Clutch, Motörhead, Anthrax o Black Label Society, por citar tan solo algunas a las que han acompañado y están en su background musical. También siguen valiendo, pero solo por momentos las habituales comparaciones con titanes como Queens Of The Stone Age, Wolfmother, Soundgarden o The Answer.
“Motherbrain” es, según sus propias palabras, su disco más oscuro musical y líricamente. Pero también ha sido para ellos el más divertido de crear conteniendo muchos momentos realmente heavies. Comienza con un caliente ‘Burn’ que quizás tenga algo de homenaje a los Deep Purple. Explosión de guitarras, la gran voz de Brandon y luego trepidante final también para su armónica. Fantásticos punteos ya ‘Keep Me Down’ y nueva demostración vocal de un inspirado Brandon. Ritmos más metal y pesados en ‘Drown’ o ‘Alpha Dawg’.
Momento cumbre es la oscura, lenta y pesada ‘Stoning The Devil’ que comienza con la voz de Brandon recordándonos algo a Pearl Jam, pero que luego galopa entre Black Sabbath y The Cult con aires más épicos. En esta canción y algunos otros momentos Brandon alcanza algunos momentos que conjugan gran poderío y emotividad. Tras esta bomba toca un tema más convencional para agitar melena al viento como es ‘Gasoline’ que también cuenta con un estribillo contagioso y algunos breves pero emotivos punteos. No en vano Chris Bishop lleva ya unos años considerado entre los mejores guitarristas del momento. Esto contrasta con otras partes más melódicas y reposadas en un nuevo acierto de la banda. No faltan los estribillos con auténtico gancho como los de ‘After Life’ que lo convierten en un excelente y más que posible single, más aún cuando también trae algunos punteos realmente impactantes. Final acertado también en su vena más pesada con una contundente ‘The Hive’ que seguro que será tema importante en su esperada nueva gira por salas para otoño.