Texto: Txema Mañeru.
Algo que, en principio, pudiera parecer una unión “contra natura” no lo es en absoluto si se conoce un poco la historia de estos tres grandes de la música y el cine. Los que controlen a Anton Newcombe, líder de The Brian Jonestown Massacre, y a la revelación gala (y europea) de esta década, The Limiñanas, ya saben de sus colaboraciones en los últimos tiempos y de sus gustos similares. La unión entre The Limiñanas y la actriz Emmanuelle Seigner (sí, la mujer de Roman Polanski) viene no solo dada por su lugar de procedencia geográfica. Resulta que Seigneur es una auténtica fan de la música rock desde su adolescencia. Le marcaron especialmente Lou Reed & The Velvet Underground y The Stooges. El caso es que en los últimos tiempos también se ha involucrado a tope en esta pasión musical tanto en Ultra-Orange, como en solitario. Además ya había colaborado antes con el dúo The Limiñanas.
Todas estas conexiones previas no servirían de nada si los resultados musicales de L’Épée no fueran buenos. ¡Y no los son, son mejores! El abanico estilístico vuelve a ser similar al que tuvieron The Limiñanas y Anton Newcombe el pasado año para crear “Shadow People”. Uno de los mejores discos del pasado año y la obra cumbre del dúo gabacho hasta la fecha. En esto tuvo mucho que ver la producción, presencia y sabiduría de Newcombe. El rock psicodélico es lo primero que nos viene a la mente al escuchar a este nuevo proyecto, pero vuelve a estar combinado con garage-rock, sleaze rock, bandas sonoras de ciencia ficción y de spaghetti western, el sonido ye-ye francés y las girl groups pop después de pasar por Phil Spector.
Ya en mayo debutaron con un sorprendente single en vinilo de 180 gramos y 12 pulgadas titulado “Dreams”. Todo un sueño y una futura pieza de coleccionismo. Ahora corroboran lo apuntado en él y van un paso más allá aún con un artefacto diabólico como “Diabolique” (A Recordings). El título es un homenaje a la película de culto de Mario Bava, “Danger: Diabolik”. Seigneur ha sido inspiración para las letras de las canciones y también han tenido su influencia las películas de Dino Risi. Para la grabación del disco entre Francia y Berlín han usado un buen equipo vintage y el disco suena de miedo y diabólico a la vez. El disco arranca con una espectacular, narcótica, psicodélica, marciana y guitarrera ‘Une Lune Etrange’ que remite a la Velvet en letra y música pero que también tiene ya su punto entre Suicide, Phil Spector y Francoise Hardy. No sé si ‘Lou’ va para Reed pero es un drone rock como los que hacían por aquí en sus mejores tiempos Schwartz. Tenemos garage-rock pleno de energía, diversión, locura guitarrera y fuzz en una recuperada ‘Dreams’ y efluvios kraut-rock en ‘La Brigade Des Malefices’. Erotismo puro y duro a lo Gainsbourg y Birkin en una magnética ‘On Dansait Avec Elle’ que también tiene algo de la Velvet con Nico al frente. Gran versión del ‘Ghost Rider’ de Suicide pero dándole un toque a lo The Brian Jonestown Massacre y con guitarras que se acercan más al surf. ‘Grande’ suena realmente grande y te vuelve a dejar en estado de hipnosis. Regresan al lado más Velvet Underground con una oscura y cruda ‘Un Rituel Inhabituel’ justo antes de acabar con más sonidos cinematográficos con un ‘Last Picture Show’ realmente impactante. ¡Ojalá que su gira llegue pronto hasta nosotros y casi seguro que no va a ser su último disco!