Texto: Mikel Fernández (Surimiworld)
Duodécimo disco ya, que se dice pronto, de estos portugueses maestros de lo que se ha dado en llamar Dark Metal. A medio camino del Gothic, del Doom, del Black, y con un pequeño toque de rock gótico rollo Depeche Mode o Sisters of Mercy, la discografía de Moonspell ha dado muchas vueltas hasta que se han asentado en un estilo que consigue aunar todas las influencias anteriormente descritas.
Siguiendo musicalmente la línea establecida en sus últimos discos, Night Eternal y Extinct, con este 1755 Moonspell nos traen un álbum conceptual, basado en el terremoto que el día de Todos los Santos de 1755 asoló Lisboa, ciudad de origen de la banda. Investigando un poco se puede comprobar que dicha tragedia supuso un enorme menoscabo de la doctrina de infalibilidad de que hasta el momento gozaba la religión católica en Europa. Bajo esta premisa van desgranando 10 temas, a los que se añade la versión en castellano de Desastre como bonus track.
Una curiosidad es que este álbum estaba concebido inicialmente como un EP de 4 canciones que iba a salir como bonus en el DVD en directo que Moonspell publicarán el año que viene con el concierto grabado en Lisboa en febrero de 2017. El concepto fue creciendo, fueron añadiendo temas y temas y finalmente el resultado ha sido este álbum completo.
Grabado en los Antfarm Studios en Copenhague y producido por Tue Madsen, como ya adelantaba el sonido y la mezcla del disco están en la línea de los últimos álbumes. Una producción nítida y contundente, a la vez que equilibrada, en la que todos los instrumentos gozan de protagonismo.
En cuanto a los temas, el disco raya a un nivel compositivo brutal. Desde la orquestal En Nome do Medo, grandilocuente manera de entrar en el disco, Moonspell se manejan maravillosamente dentro de este Dark Metal, género en el que parecen haberse asentado definitivamente. Tenemos temas intensos dentro del medio tiempo como 1755, la continuación eléctrica del anterior, donde los coros y el impresionante trabajo a los teclados (una vez más) de Pedro Paixao y de Ricardo Amorim a las guitarras le dan un empaque tremendo o In Tremor Dei,caracterizado por su pegadizo estribillo, al igual que 1 de Novembro, con un aire más rockero.
Hay temas potentes como Desastre, Abanão, que acaba desbocado en el que sea el tema más “extremo” del disco, o Evento comienza en el punto donde termina abanão, a toda velocidad, pero cuenta con un estribillo majestuoso, realzado por los coros y teclados.
Pero donde está la artillería pesada es en el melancólico trío final de temas: la solemnidad de Ruinas, la intensidad de Todos os Santos, donde Ricardo Amorim saca lo mejor de sí mismo a la guitarra, y el broche final con la oscuridad y tristeza de Lanterna dos Afogados, una versión compuesta por el grupo brasileño de pop Os Paralamas do Sucesso, inspirada también en el terremoto de Lisboa y que Moonspell llevan magistralmente a su terreno.
Como bonus track tenemos Desastre cantada en castellano. No es mala elección, pero me sorprende que no hayan metido la versión metálica de En Nome do Medo, que han estado tocando en la gira al final del set y es impresionante.
Si el anterior Extinct fue uno de los discos de 2015, con este 1755, Moonspell se han superado. Para mí es lo mejor que he escuchado en este 2017. Potente, melódico y emotivo, en este 1755 Moonspell han demostrado un nivel exquisito. ¡Imperdible!
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