Texto: ORPHEO.
Continuamos con nuestra sección On the Road, donde hoy vamos a conocer algo más de las inquietudes musicales de Tarci Ávila y Nacho Dafonte, a la sazón los componentes de Presumido, que mañana sábado, 2 de marzo, realizarán en Costello Club de Madrid su única fecha en directo en una sala en los próximos meses, ya que van a estar volcados y centrados en festivales. Avisados estamos.
¿Cuál fue la primera canción o disco que te enganchó?
Nacho – ‘Can´t Buy Me Love’ de The Beatles.
Tarci – ‘The Songs of Distant Earth’ de Mike Oldfield.
¿Y las primeras bandas o artistas de quienes te hiciste ferviente seguidor?
N – In Flames, Iron Maiden, The Beatles, Oasis, Madonna.
T – Jethro Tull, Mike Oldfield, Enya…
¿El primer álbum que te compraste?
N – «Familiar to Millions» de Oasis.
T – «Version 2.0» de Garbage.
¿Y el primer concierto al que acudiste? ¿Qué es lo que más recuerdas de él?
N – The Offspring en Castrelos (Vigo). Recuerdo que la banda sonó increíble y que no les faltó ningún temazo. Y que Dexter Holland dijo » La última vez que vinimos a Vigo no nos hicisteis caso»… el hombre estaba rencoroso pero aún así lo dio todo.
T – Los Suaves, en Ourense, cómo no. Recuerdo que me robaron la cartera y que la mitad de la banda eran unos virtuosos y la otra mitad no había por dónde cogerla.
Idem con el primer bolo que realizaste… ¿dónde fue y con qué edad?
N – El primer concierto fue con 14 años. Fue curioso porque el técnico de sonido del sitio donde íbamos a tocar, se puso enfermo y el concierto se iba a cancelar. Pero en una hora de saber la noticia encontramos otro local donde poder tocar, se llamaba La Galería Jazz (Vigo). Fue todo muy épico, ya que varios del grupo estaban en el primer sitio donde íbamos a tocar avisando de que se traspasaba a otro emplazamiento. Además el backline iba a ser prestado por el primer sitio, y una banda amiga (que por cierto uno de los integrantes de esta banda amiga, Guillermo V. Zapata, ahora tiene una banda maravillosa que seguro que conocéis: Bifannah) nos prestó su backline para poder tocar en La Galería Jazz. Todo salió genial y el sitio se llenó.
T – Desde los 6 años, que empecé a estudiar en el conservatorio, me pasé la infancia de recital en recital. Pero recuerdo perfectamente el primero. Fue el concierto de fin de curso de primero de piano en el que tenía que tocar una canción de los tres cerditos o algo así, que había preparado con mi profesor. Pero en su lugar, me aprendí a escondidas el Preludio N1 del Clave Bien Temperado de Bach porque me flipaba. Salí al escenario y la toqué un poco más lenta de lo que hay que tocarla, pero salió bastante bien… (risas).
Concierto más especial que has ofrecido hasta ahora…
N – Fue con Presumido tocando en la SaLa Montiel, haciendo un espectáculo muy especial llamado “¡Silencio, Bombillas!”. Un espectáculo que consistía en que todo el mundo disponía de unos cascos inalámbricos.
Además contamos con la colaboración de Matarile Teatro y fue increíble. Baltasar Patiño (co-director de la compañía y escenógrafo) nos hizo brillar con su escenografía lumínica. Y José Antonio Vilas (nuestro técnico) lo hizo sonar en HD, ya que los asistentes además de poseer cascos, se montó un sistema de subgraves por la sala que hizo que todo el mundo sintiera el sonido en sus entrañas (incluidos nosotros).
T – Además del concierto que menciona Nacho, que fue un éxito en todos los sentidos (el primero en el que agotamos entradas), también recuerdo con cariño la primera vez que vi a alguien llorar en un show de Presumido. Fue en Valencia, que tocamos como para 10 personas. Al acabar la última canción y mirar al público, vi que había un hombre en el extremo derecho de la sala y otro en el extremo izquierdo llorando. Fue una sensación nueva que no consigo todavía identificar muy bien.
Lo mismo con disco y/o canción, si es que puedes elegir…
N – La verdad no sabría qué elegir. Todo lo que hacemos me parece especial.
T – Cada vez me cuesta más responder a esta pregunta… pero creo que sigue ganando “Desde Aquí”.
Alguna anécdota que te venga ahora mismo a la cabeza vivida durante algún bolo…
N – Una vez, con 16 años estaba tan nervioso antes de tocar que justo cuando me senté en la batería y estaba empezando la intro del concierto, vomité encima de toda la batería. Y el concierto empezó lleno de salpicaduras de la cena anteriormente ingerida.
T – Bueno, mi eterno “mierda, me estoy quedando afónico” que me pasa siempre antes de los conciertos por los nervios. Luego se me pasa. Nacho ya no me hace caso cuando empiezo a taladrarle la cabeza en modo apocalíptico… jajaja.
Como espectador, ¿con qué concierto has disfrutado más?
N – Nine Inch Nails, Mad Cool 2018. El mejor concierto que he visto en mi vida.
T – Nine Inch Nails en Paredes de Coura, 2009 y todavía no era fan de la banda. Mi vida desde entonces se ha convertido en una frustrante búsqueda de algo parecido que no ha vuelto a pasar. Se le ha acercado el concierto que comenta Nacho, pero eso, solamente se le ha acercado. Es curioso que por el mundo adelante me he encontrado a varias personas que les ha pasado lo mismo. Algo extraordinario pasó esa noche…
¿Cuál o cuáles serían los discos que más has escuchado hasta el momento?
N -”With Teeth” de Nine Inch Nails y “Mezzanine” de Massive Attack.
T -”With Teeth” de Nine Inch Nails y “Pocket Symphony” de Air.
Una canción para venirte arriba…
N – ‘Embrujada’ de Tino Casal.
T – ‘Aura’ de Lady Gaga.
Una canción que siempre te lleve a la melancolía..
N – ‘Lost’ de Vast.
T – ‘Piel’ de Arca. Escuchadla, ese tío (jovencísimo) es extraterretre.
Fuera de discos y canciones, ¿qué lectura de temática musical recomendarías?
N – «La verdadera historia de Frank Zappa: Memorias».
T – «El Enigma de Vivaldi» de Peter Harris.
Cualquier cosa que quieras añadir…
N – Deberíais leer este libro, seguramente os encontréis con alguna sorpresa, además de que es un pepinazo de libro: «Me he dejado los conejos atrás ¡Y no me importa!», de Gerardo Collazo Vilar.
T – Mañana, 2 de marzo, estaremos en la Sala Costello de Madrid haciendo nuestro único concierto en sala, fuera de los festivales que haremos este año. Invito a los lectores de Orpheo a venir y les hago la promesa de que no se arrepentirán.